sábado, 25 de agosto de 2012

Cuestión de necesidad

Pues no, no soy la única a la que de repente...




5 comentarios:

  1. Este perro no se llamará Diógenes, por casualidad.

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    1. Ni idea del nombre del can, pero hablando de "llamar"... no acabo yo de entender que se haya puesto "Diógenes" a la enfermedad que da por acumular, y acumular, y acumular... cuando precisamente él se libró de todo. Denominación fruto de la incongruencia humana, tal vez. ¡O no!

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  2. ¿Es el mismo perro con el que querías pasar el resto de tus días hace algunas entradas? Compenetrados parece que estaríais, sip... :-D

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    1. No hombre... pero es primo hermano, así que lleva en los genes lo de hacer monerías. Digo perrerías :-)

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  3. ¿Entonces por acá seguimos sueltos de la pancita? y es que el ejercicio claro que activa la digestión y pues si el perrito ya no se aguantaba más pues que le podìa el hacer.

    Pero la culpa es de la dueña, ¿para qué le da de desayunar tanto? y hablando de alimentos, por acá ya van a dar las 11 de la noche y a mi se me ha activado el proceso inverso, o sea, el de la alimentación. Voy al refri a ver que hallo.

    ¡Besote amiga!

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