Hoy estoy muy contenta porque Ana ha comenzado a ejercer de maestra infantil y está -según sus palabras- ¡superfeliz!, además de particularmente ilusionada porque ¡es tutora de pequeñecos de 0 a 2 años! Ya le he dado la enhorabuena en persona y ahora lo hago aquí.
Pero, egoistamente ...
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hoy estoy triste porque la misma Ana, también nuestra profesora de danza oriental, se ve obligada ante las novedades a abandonar sus clases de baile en el Centro de la mujer, ¡snif, snif! Lo bueno es que al menos nuestra clase privada se mantiene ya que puede ajustar horarios. ¡Bien! .
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