martes, 15 de febrero de 2011

Leveconfusión

A través de los medios de comunicación asistimos a algo cuando menos sorprendente: el mundo árabe se rebela... a la par que se revela. Primero Túnez, después Egipto... Seguidamente se unen con protestas otros países del Magreb como Yemen, Argelia, Marruecos... Incluso los persas (que no árabes) también desean libertad, como ayer quedó patente en las revueltas que se dieron en Teherán. El pueblo reclama su soberanía y ya son dos las naciones que han vencido el pulso a los regímenes que estaban aferrados al poder. A título personal comento que me emocioné profundamente cuando se anunció que el presidente de la República de Egipto finalmente renunciaba a su cargo, que miren que le costaba. Al mismo tiempo, sentí compasión por él. Seguramente estaría convencido de que hacía lo correcto... de que lo hizo a lo largo de todo su mandato. Y es que la tiranía difícilmente tiene la valentía y lucidez precisas para reconocerse frente al espejo. Tampoco hay que olvidar que también hay ciudadanos que se sienten derrotados en este momento; los que le apoyaban. Salvo que se trate de especulaciones, hay noticias de que en la actualidad se encuentra muy enfermo y no seré yo quien haga leña del árbol caído. Especialmente si su tronco tiene más de ochenta círculos y por ende años.

Pero la realidad es que lo que el pueblo ha ganado ha sido la posibilidad de la libertad, pues se trata de una conquista diaria... que no poca dificultades presenta en el camino; tanto la individual como la colectiva. Dificultades no sólo para alcanzarla... sino también para mantenerla. Por tanto hay que tener presente algo que con demasiada frecuencia se relega al olvido: la libertad exige res-pon-sa-bi-li-dad. Derechos y deberes van cogidos de la mano y debieran ser indisolubles. Morales y físicos. Claro está, me refiero a esa libertad a la que el ser humano puede acceder; siempre limitada.

Al parecer, y a tenor de lo advertido, debo entender la libertad de otra manera. Así como por un lado contemplo emocionada el poder del pueblo, que reclama su autoridad y la consigue de entrada, también asisto atónita al visionado de manifestaciones, en la misma “Plaza de la Liberación” de El Cairo, en las que colectivos varios (trabajadores de banca, policías, conductores...) exigen subidas salariales y mejoras en sus condiciones laborales. Apenas un día, o dos, después de que renunciara el presidente. La verdad... es algo que me confunde, pero no al punto de que considere que deba revisar mi concepto sobre el asunto, sino... que me cuesta creer esas reacciones, que no digo conformen las expectativas de todos los lugareños que celebran el cambio, pero desde luego proceden de algo más que de unos pocos.

¿A eso se reduce la importancia de la libertad, su grandeza... a, en primera instancia, reclamar más dinero? Y me pregunto... ¿es este el momento adecuado para ello?... ¿No habrá antes que construir una base sólida, política-social-económica, en la que la creación y mejora de derechos varios sea posible, o al menos trabajar en pos de ello, desde unos representantes elegidos con garantías por los ciudadanos?... ¿No es necesaria e inevitable una transición en todos los órdenes?... ¿Se quiere recoger la cosecha antes de la siembra?... ¿Un país que actualmente no tiene constitución ni gobierno se puede permitir semejante lujo?... ¿Acaso no será prioritario crear puestos de trabajo para quienes no lo tienen antes que subir los sueldos de los ya existentes?... ¿Va a seguir anclada gran parte de la humanidad en el cuento de la lechera como solución?... ¿Tanto poder tiene el dinero que incluso anula el deseo de la auténtica libertad? Porque, damas y caballeros, ¿acaso la libertad... no es otra cosa? Yo creo que sí.

Se agradecerían opiniones varias... que aportasen un poco de luz porque ciertamente comienzo a sentirme un bicho raro a raíz de las mías. Cada día entiendo menos el mundo.... ¡igual conviene que emigre a otro planeta!...


Pensándolo bien... ¿no será que en realidad soy una de ellos militar de profesión para más señas y en una expedición intergaláctica nos topamos casualmente con el planeta Tierra y como comandanta tuve que hacer una exploración previa en un mini-ovni pa’ curar en salud a mi tripulación pero miren ustedes por donde tanta telefonía móvil y campos electromagnéticos interfirieron con los motores ultrasupersónicos a megapropulsión cuántica de mi nave utilitaria accidentándola o teniendo una leche del copón que ni tiempo me dio a hacer un aterrizaje forzoso y ya no pude volver a conectar con la nave nodriza a la que no le quedó otra que dejarme abandonada a mi suerte terráquea eso sí formateándome telepáticamente el cerebro y por ende la memoria antes de darse el piro para que no sufriera traumas de personalidad que me impidieran una convivencia con la especie autóctona más o menos digna y/o camaleónica hasta que puedan rescatarme porque ya sabemos o deberíamos saber que la supervivencia sólo es posible para los que más habilidades adaptativas tienen y no pa’ los fuertes al estilo primo de Zumosol y como es lógico me dejaron también con el poder anexo de adquirir la forma física que deseara pa’ no desentonar entre el resto de humanos?... ¡Ains, me quedé sin aliento!, je. Mi caaaasaaaaa.... ¡aaauuuuhhhhhhhh!...


Lo de la importancia de “internet” en las nuevas revoluciones, incluso políticas, mejor lo dejamos para otro día... ¿no? Y el, ¿merecido vapuleo? femenino a Il Cavaliere (¿quién le bautizó así?) casi que también, ¿no? :-D

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2 comentarios:

  1. No sé Leve, yo no soy tan optimista. Habrá que ver cómo termina todo eso. Es infinitamente más fácil derribar una dictadura, que construir una democracia... y en ese mundo que dices, no se conoce todavía ninguna. Ojalá les haya llegado el momento.

    Muy bueno el video, Leve-Gurb, jeje.. espero que hables bien de nosotros, tus lectores, cuando vuelvas a tu planeta.. ¡que nosotros te hemos hecho caso!

    Un abrazo.

    (mecachis, me has pringado de moco verde) :-D

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  2. Desde luego la cosa no pinta fácil. Fíjate cómo está Libia.

    Qué crack Eduardo Mendoza con aquel título, ¡eeeeehhh! Lo que me pude reír en su momento.

    Pero lo que se dice vosotros, vosotros. Dirás tú-tú-tú-tú... que viene a ser la onomatopeya del teléeeefonooooo, mi caaaasaaaaa, ¡aaauuuuuhhhh!, comunicando, je.

    (Oye, que no tengo infección, así que transparente, igualitos que los humanos).

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