Te doy un euro por tu pensamiento (o sentimiento, quién sabe) ...
de este momento.
Mejor dicho... te ofrezco por tu pensamiento (o sentimiento de este instante)...
¡un eurazo!
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Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
mmmm... es sábado por la mañana, he estado trabajando en casa un par de horitas pero ya he terminado... y mi pensamiento del momento es... mmmm... me apetece salir a la calle... y también, mmmm.... ¿es posible que internet, con el acceso descontrolado que permite a la información y al conocimiento de otras formas de ser y pensar, haya sido la causa real de la revolución en Egipto, como piensan algunos?
ResponderEliminarYo estoy pensando que ya casi va a ser la 1 de la mañana del domingo, que no me quiero dormir, que me gustaría que de repente apareciera alguien para platicar y que le prepararía un té.
ResponderEliminar¿Me gané el euro? :)
¡Abrazo empijamado!
¿Un euro? prefiero que me des (compartas)otro pensamiento o sentimiento...
ResponderEliminarEstaba pensando si existen las casualidades... el por que coincidimos aquí, ahora o en otro instante...¿Qué es lo que nos une?
Víctor… en relación al apunte que haces sobre la responsabilidad de Internet en el acceso a otras formas de ser, pensar y, sobre todo en el asunto Egipto, estar… no es que sea la posible sino… ¡certero! Y tu eurazo, como no podía ser menos. No para que pagues un café, sino para después, je.
ResponderEliminarMyriam… ¡aaaay qué le gusta trasnochar a la señoritaaaaa…! Y tu eurazo, como no podía ser menos. No para que pagues un café, o té, (cuando vengas a Spain, digo) sino para después, je-je.
Pues mira Sangón, mi pensamiento coincide precisamente con la respuesta que encuentro para tu pregunta: “Qué se yo… si todo es un misterio” :-). Y tu eurazo, como no podía ser menos. No para que pagues un café, o té, o una manzanilla… sino para después, je-je-je.
Por cierto, mis estimados cibernavegantes, aún no os he dicho que el eurazo está relleno de chocolate, ¿no?... ¡Qué aproveche!... dulcemente, claro.