"Fui a los bosques porque quería vivir con un propósito; para hacer frente sólo a los hechos esenciales de la vida, por ver si era capaz de aprender lo que aquella tuviera por enseñar y por no descubrir, cuando llegare mi hora, que no había siquiera vivido. No deseaba vivir lo que no es vida, ¡es tan caro el vivir!, ni practicar la resignación, a menos que fuera absolutamente necesario. Quería vivir profundamente y extraer de ello toda la médula; de modo tan duro y espartano que eliminara todo lo espurio, haciendo limpieza drástica de lo marginal y reduciendo la vida a su mínima expresión".
("Walden, la vida en los bosques", Henry David Thoreau)
Y en una tierra sin bosques pero con mar... se sumerge uno en el mar, ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Glub... glub... glub... ;-)
ResponderEliminar><))))(º> ... ¡un pez!
ResponderEliminar>º)((((><... ¡otro, cuidado que muerde!
La foto es hermosa, de estar en un lugar así uno no podría más que dar gracias a la vida por vivir.
ResponderEliminar(Me gustaron tus pececillos)
Sí Myriam... los bosques, lugares mágicos de por sí, tan llenos de vida chiquita y de vida inmensa... doblemente hermosos en estación otoñal. Es increíble la hermosa paleta de colorido que se crea en ellos. Además... el silencio que allí habita... ¡mmmmmmmmmmmm qué maravilla!
ResponderEliminar(A mí también me gustan... que pa' algo soy sirenilla, je).
Un levedensoabrazote amigüi.