sábado, 9 de julio de 2011

La ley de los contrarios

Esa ha sido la ley que ha regido el día de hoy... la que mezcla risa y llanto... noche y día... frío y calor... la propia esencia de la vida, ¿pero cuándo no es así?

Un amigo querido me ha dado una gran alegría, provocándome emociones que iban de la carcajada, a la sonrisa y a la lágrima agradecida.

A otro amigo querido, aunque no conocido personalmente, le han asesinado. Facundo Cabral... uno de los grandes trovadores, poeta comprometido que cantaba a la paz y a la alegría... al deber y derecho de ser felices... "Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor", solía decir entre tantas, tantas cosas...




Y algo se rompe por dentro... ante la reiterada injusticia que se impone en un mundo tan violento. Es la ley de los contrarios... esa en la que se sustenta la vida... y en la que siempre se sustentará... dulce y amargo... luz y oscuridad... fuego y agua... cordura y locura... silencio y ruido... dureza y ternura... caricia y bofetada... desesperanza y confianza...

Gracias a los dos... siempre... :-)... :`(



El cantor no tiene estrella porque es el dueño de la noche,
cuando llora su guitarra se llena de mariposas.

(Luis Enrique Mejía Godoy)



4 comentarios:

  1. Yo me enteré hace un rato de la noticia, a decir verdad no sabía que él era Argentino, igual hubera pensado que es mexicano lo cual habla de lo famoso que era y de lo mucho que la gente se identifica con su música.

    Nunca he sido trovadora ni bohemia pero creo que sé reconocer cuando una música es buena y tiene buen mensaje.

    Siempre es una lástima que muera alguien grande y más por una razón tan tonta como un tiroteo.

    Saludos amiguis.

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  2. Sí, Myriam, estuvo exiliado en tu país y guste o no su música... indiscutiblemente era un emisario de paz, que tanta falta hace en el mundo, a título colectivo e individual.

    Lo irónico es que parece ser que no iban a por él, sino a por el empresario que conducía el vehículo en el que Facundo viajaba como copiloto.

    En fin... han callado su cuerpo... pero no su voz, que permanecerá siempre.

    Saludito.

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  3. Leve, cuando escuché esta noticia, me acordé inmediatamente de ti, y supe que estabas triste.

    Un abrazo

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  4. No era para menos Víctor, snif, snif...

    ¡Gracias por ese abrazo!

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