Cuando no se ama se piensa en todo...
y el alma está oculta.
Mientras que cuando se ama, no se piensa en nada...
y el alma se muestra sin cesar.
Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
Me costó releer varias veces, porque te sobró una A en la primer frase, pero es muy cierto. A veces se piensa demasiado y la magia de estar enamorado, tal vez radique ahí donde lo puntualizás, en que no se piensa en nada más.
ResponderEliminarBeso
Así me pasa a mi, de repente no pienso en nada y andando en la calle se me ha llegado a olvidar por un momento hacia donde voy.
ResponderEliminarCuando se está enamorado es mejor no pensar y sólo disfrutar.
Saludos!
Gamar... gracias por comentarme la errata, que ya fue arreglada.
ResponderEliminarBueno... tanto tú como Myriam os referís en particular al enamoramiento, pero la entrada tenía otro sentido. Aunque a fin de cuentas el enamoramiento no es más que el preludio de la concreción del amor; si se llega a él, claro. Yo diría que el enamoramiento, con todo lo bonito que es, "atonta", incluso nubla la razón (transitoriamente al menos... cosas de la feniletilamina). Dicen expertos, de hecho, que sería imposible estar enamorados fisiológicamente de manera eterna, porque acabaríamos majaretas perdidos debido a las consecuencias de la llamada hormona del amor.
Mientras que el amor (energía más mental-espiritual) aporta "lucidez"... por eso es que el alma no sólo se muestra sino que al mismo tiempo la reconoce en otros.
Saludos majos.