De nuevo conduciendo camino del trabajo. Cuando falta poco para llegar, giro y dejo a Don mar a mi espalda, tan estático que parece más una pista de patinaje sobre hielo que agua en estado líquido. Y les descubro, frente a frente, a la misma altura ... en línea, mirándose fijamente, como reconociéndose ante un espejo.
A la derecha el astro rey, recién levantado de su nocturno descanso, luciendo orgulloso su brillo dorado. A la izquierda ella, osada dama de plata desafiando al día, ese pedazo de tiempo que no le corresponde ocupar. Bajo ellos la tierra ... ¿ejerciendo quizás de celestina?
Los eternos amantes se saludan, en la distancia, silenciosos, tan lejanos y cercanos a la par ... pensando tal vez lo fácil que resultaría alcanzarse de una zancada si su destino individual hubiera sido otro. Lamentando con melancolía, una vez más, la imposibilidad del añorado y quimérico encuentro. ¿Un sueño? Al parecer, condenados a una separación perpetua.
¿Perpetua ... imposibilidad? ... Lo posible pregunta a lo imposible: ¿dónde vives tú? En los sueños de los que CREEN, dice una respuesta.
Habrá pues que seguir esperando al próximo eclipse ... para volver a abrazarse, a besarse, a fundirse ... a vivirse en unión alcanzando el éxtasis. Habrá que vestirse de paciencia.
Y mientras ellos, sol y luna amanecen, mi alma se despereza por descubrir cositas tan bonitas ... ¡uaaaahhhhhhhmmmm ... qué gustazo sentir cómo se estira en su kilométrica inmensidad!
A la derecha el astro rey, recién levantado de su nocturno descanso, luciendo orgulloso su brillo dorado. A la izquierda ella, osada dama de plata desafiando al día, ese pedazo de tiempo que no le corresponde ocupar. Bajo ellos la tierra ... ¿ejerciendo quizás de celestina?
Los eternos amantes se saludan, en la distancia, silenciosos, tan lejanos y cercanos a la par ... pensando tal vez lo fácil que resultaría alcanzarse de una zancada si su destino individual hubiera sido otro. Lamentando con melancolía, una vez más, la imposibilidad del añorado y quimérico encuentro. ¿Un sueño? Al parecer, condenados a una separación perpetua.
¿Perpetua ... imposibilidad? ... Lo posible pregunta a lo imposible: ¿dónde vives tú? En los sueños de los que CREEN, dice una respuesta.
Habrá pues que seguir esperando al próximo eclipse ... para volver a abrazarse, a besarse, a fundirse ... a vivirse en unión alcanzando el éxtasis. Habrá que vestirse de paciencia.
Y mientras ellos, sol y luna amanecen, mi alma se despereza por descubrir cositas tan bonitas ... ¡uaaaahhhhhhhmmmm ... qué gustazo sentir cómo se estira en su kilométrica inmensidad!
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