viernes, 20 de febrero de 2009

Caminos

“Cuídate. Cuando, al crecer, tengas ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo; la primera y la más importante. Luchar por una idea sin tener idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer.

Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y frutos.

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve dónde él te lleve.”
("Donde el corazón te lleve", Susanna Tamaro)
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1 comentario:

  1. Recuerdo que una vez comenté está parte o parecida del libro de Susanna Tamaro, creo que en "puntos de inflexión", y sigo pensando lo mismo: "Hoy estoy donde el corazón me ha llevado... mañana... espero seguir así."

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