a eso de... la vida eterna.(¡Ains!).
.
Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
le suceda lo extraordinario.
Sólo hay que esperar.
Y creer.
.
Se podría decir que en lenguaje oral soy “unabienhablá”. Esto es… no suelo hacer uso de vocablos soeces, groseros… palabrotas, en resumen. Peeeeero, no puedo negar que hay dos que brotan de mi interior de tanto en tanto. Aparte, claro, está la expresión “¡¡¡maldición, rayos y centellas!!!", que también la empleo en momentos críticos, creo que porque me recuerda a los enfados de tebeo y como que se suavizan con su presencia, je, independientemente del motivo que los provoquen. ¡Ah!... y también: "Estoy hasta las gónadas", o "hasta mi parte más idiosincrásica femenina", pero me resultan casi elegantes.
Estoy convencida de que lo mejor para librarse de malas energías es darse una buena sesión de ejercicio –con la consecuente creación/liberación de endorfinas- o en su defecto bailar un zapateao’... metafóricamente hablando. Es decir, a falta de ponerse de veras unos tacones y golpear fuerte en el suelo porque no es cuestión de cargarse al responsable de nuestro malestar (si lo hubiere), o por impotencia ante aquello que no se puede controlar pero fastidia, queda como potencial bálsamo el… taco-neo.
.
La segunda está relacionada con un episodio autobiográfico acontecido hace unos años que requiere previa introducción. Apenas me he maquillado a lo largo de mi vida y en consecuencia no sabía hacerlo. Porque pintarse una rayita en el ojo, echarse algo de colorete en el párpado (truco socorrido cuando no se es experta) y ponerse un poco de rímel en las pestañas (limpiando antes el cepillo con un clínex, que si no deja grumos que pa’ qué y parece que te han pegado un puñetazo) no te convierte precisamente en un Velázquez de rostros humanos. Mejor un Klimt, que me gusta más. Pero llegó un día en que tenía que salir a bailar a un escenario, vestida de odalisca, e instada por la profesora tocaba maquillarse mucho, mucho, muchíííísimo pues en caso contrario, y debido a la iluminación imperante en escena, corrías el riesgo de parecer la novia cadáver de Tim Burton...
No era plan :-)
Estaba deseando quitarme aquella máscara, que no me correspondía e incluso generaba cierto malestar, pero esa noche salía de cena en grupo y mi amiga y la esteticista insistieron en que no lo hiciera, aunque sólo fuera para escuchar la opinión de los demás. Consideraban que no me veía por falta de costumbre. Tal vez tenían razón...
Hay que ser muy valiente para atreverse a ser... quien se es. Pero, si cabe, hay que serlo aún más para ser quien no se es, aunque sea momentáneamente. Por eso siempre he creído que hasta los considerados malos actores, a nivel profesional o amateur, por el simple hecho de ponerse la piel de otro, buenos son. Y es que... puedo ser todas las que soy, pero tengo claro que no puedo, ni tampoco quiero, ser las que no.
Pues eso.

.
Voy a recolectar algunas estrellas :-)Claro que otra opción, probablemente más recomendable, consiste en la ingesta de un menú menos pantagruélico.
Primer plato (o delicatessen)...

Segundo plato (o bocatto di cardinale)...




Postre (o ¡MMMmmmMMmmmmmMMmmMMmmm...!)...


¿Un licorcillo de hierbas? :-D
.


(¡Grazie mille!)
Llegó... por su generosidad y sobre todo... ¡porque es una chica excelente!...
Mi amigüi, claro.
Esteeee... ¿y yo también hoy un poquito por aquello de que es mi cumplevida? :-)
.