jueves, 10 de julio de 2008

Pateras (o drama humano)

Se me abren las carnes ...

se me encoge el corazón.

.

2 comentarios:

  1. Se ocurre el tópico ese de que "la realidad supera a la ficción"...
    Y es que mira... lo que voy a decir puede parecer una bobada, pero después de oir lo ocurrido pienso que si a un guionista se le ocurriese contarnos una historia dramática en las que en un viaje muriesen niños y sus madres tuviesen que tirar sus cadáveres al agua... lo tacharíamos de cruel, de hacer un juego imaginativo sanguinario con la desgracia de algunas personas, diríamos que su sádica imaginación trata de "tocarnos la fibra" de la manera más macabra... que ha llevado su historia más alla del límite de lo soportable...
    Pero... no...
    Nos lo cuentan porque es la realidad de muchas personas... y nos quedamos frios... porque es hasta difícil imaginarse tanto dolor... tanta crueldad... tanta negación de futuro... tanta desgracia acumulada en una patera...
    Es simplemente desgarrador... tan desgarrador que no lo podemos imaginar... nos negamos a imaginar tanto dolor.
    ¿Cómo es posible tanta desgracia amontonada en una patera?

    Pienso que... por lo menos... ¡Qué nos duela!
    ¡Qué nos duela nuestra acomodada conciencia!

    Un saludo Leve...

    ResponderEliminar
  2. Sí Nisu, hay mucho de frialdad, mucho de negación de futuro porque apenas disponen de presente, mucho de dificultad para imaginar tanta desgracia, tanta crueldad. Pero también hay gente, en las opulentas sociedades, con verdaderos dramas anónimos a sus espaldas y sencillamente ya no les cabe más dolor; ni un gramo más porque su psique se partiría en dos. Se trata pues de pura supervivencia, instinto primitivo.

    Leí o escuché alguna vez que muchos supervivientes del holocausto sentían vergüenza por haber sobrevivido. Me pareció aún más demoledor que sus penosas experiencias. Salvando las obvias distancias me atrevo a hacer un paralelismo: personas que, hoy día, se avergüencen de haber tenido la buena fortuna de nacer en un determinado punto geográfico que le posibilita una vida digna.

    Que nos duela sí, pero ... ¿hasta el fondo de cuánto ... hasta el fondo de cuándo? Difícil dar respuesta, sobre todo cuando no se es protagonista directo. Mientras llega la medida sólo nos queda una cosa: intentar cuidar o al menos no empeorar nuestro mundo más cercano, el de la cotidianeidad.

    Con un pasaje de “La mujer habitada” de Gioconda Belli y un saludo esperanzado me despido hasta otra ...

    “A uno le hacen o uno hace. O, en todo caso, si a uno no le hacen nada, se lo hacen a otros ... y allí es donde entra la conciencia. Porque si uno deja que le hagan a otros, se convierte, explícitamente o no, en cómplice”.

    ResponderEliminar

Algo me dirás... ¿no? ;-)

:) :-) :)) =)) :( :-( :(( :d :-d @-) :p :o :>) (o) [-( :-? (p) :-s (m) 8-) :-t :-b b-( :-# =p~ :-$ (b) (f) x-) (k) (h) (c) cheer