jueves, 6 de mayo de 2010

Levántate... y anda

Soy un poco desastre en algunas cosas. Por ejemplo para acordarme de coger el teléfono móvil (o de encenderlo), para darme cuenta de que mañana es festivo si así toca, para saber con exactitud de cuántos días de asuntos particulares o vacaciones dispongo, para actualizar la cartilla del banco, para tachar en el calendario los días que pasan teniendo que marcar varios seguidos sistemáticamente... Esta mañana sin embargo rayaba el que correspondía y me he quedado mirando la ternura que se desprendía de la imagen que acompaña al mes de mayo.

En ella aparecen Manuel Martín Cuenca (director de cine), tres peques, Francisco, Carmen y Gabi, y una palabra, “anda”...
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Y esta noche, haciendo limpieza de correos electrónicos, me he topado con uno que contenía dos enlaces a un par de vídeos y de nuevo esa palabra. Así que Doña Coti vuelve a dirigir mis pasos -nunca mejor dicho ya que el asunto en gran medida tiene que ver con “andar”- y heme aquí, presta a contar quiénes son los pequeños de la imagen y qué es ANDA.

Recordará quien visita habitualmente este país que hasta hace poco trabajaba con Milagrito, madre de Irene, una mocita “normal”, y de Angel, un campeón con “problemas”.

A quien no he mencionado aún en estos lares es a otra compañera-amiga, Charo, que se marchó unos meses antes que Milagrito a otro destino, pero que sigue formando parte de la “familia laboral” y se apunta a comidas y celebraciones varias. Asimismo es madre de dos pequeños. Adrián, de unos 8 años -también con “problemas”- y la princesa de la casa, Mª Jesús, menor que su hermano. Aunque tenían referencias la una de la otra, Milagrito y Charo se conocieron verdaderamente en el laboratorio y como es natural su situación personal les acercó.

Un día Milagrito llegó rota al trabajo. Aquella mañana le comunicaron que a Angel se le acababan las terapias pues, en nuestra comunidad autónoma, el Sistema Andaluz de Salud sólo asiste terapéuticamente hasta los 6 años. Ya imaginará el respetable, particularmente quien sea padre-madre, lo demoledora que resulta semejante noticia… la impotencia y el abandono que se siente. ¿Qué pasa… que ya está todo hecho cuando se alcanza esa edad? Guste o no, así son las cosas. Se recibe asistencia sanitaria pero no terapias que son FUNDAMENTALES para estas criaturas. Así que, independientemente de cual sea el poder adquisitivo, uno-a ha de buscarse la vida.

Pasado el shock emocional Charo y Milagrito decidieron buscar alternativas… un futuro para sus hijos. Y así fue que, en una pequeña cochera, se reunieron un día tres madres y nació ANDA. O lo que es lo mismo: “Asociación de Niños con Discapacidad de Almería”, con cabida para cualquier crío que tenga un problema, físico o síquico, o algún síndrome poco común, o enfermedad reconocida como “rara". Ni Milagrito ni Charo sabían nada sobre estatutos, subvenciones etc, pero, ya dijo el poeta José Molina…

“Arrancarnos de la pereza
y forjar un tiempo dulce de paz
para vivir con armonía del espíritu
donde florece el verbo justo.
Todo reside
en el arco sutil de la voluntad.
Querer es poder. Su fuerza…
está en las manos y en el corazón.
Y en la rosa apasionada de la libertad,
tan esperada,
con la que marcar una página en el viento.”


Si no me falla la memoria cuatro años han transcurrido desde su creación y ahí están, con mucho por lograr aún pero ya con sede, con fisioterapeuta, sicólogo, logopeda, terapeuta ocupacional… con pilares en los que sostenerse.

En el siguiente vídeo se ve a Adrián (minuto 0:50 y 1:20) con Nerea Camacho. No sabe nada el zagal… es un abrazador nato de féminas. Y le encantan las cabelleras largas, especialmente las rizadas. ¡Doy fe! :-). Y Angel (0:51 y 1:51) con otros dos peques en compañía de Tomatito…




Y las tomas falsas, dando la entrada Francisquillo que se la pasa riendo y contagiando sus carcajadas a todo el que esté próximo. Charo (0:11) y Milagrito, en plan rockera con guitarra eléctrica (1:23)…




Contaba Clarissa Pinkola Estés en su “Mujeres que corren con los lobos”…

Un anciano rey africano se está muriendo y convoca en torno a sí a lo suyos. A Cada uno de sus muchos hijos, esposas y parientes les entrega una corta y resistente ramita.
-Rompedla.
Con cierto esfuerzo todos rompen la ramita por la mitad.
- Es lo que ocurre cuando un alma está sola y no tiene a nadie. Se rompe, dijo el viejo.
Seguidamente les dio a cada uno otra ramita y añadió:
- Reunid todas las ramitas en haces de dos y de tres. Y ahora, quebrad los haces por la mitad.
Los asistentes lo intentaron pero no lo consiguieron.
El viejo, sonriendo, les miró y concluyó:
- Somos fuertes cuando estamos con otra alma. Cuando estamos unidos a los demás no nos pueden romper. Así me gustaría que vivierais cuando haya muerto.



Y así dan pasos estos padres, junto a sus hijos, asociados… unidos como ramitas para, en la medida de lo posible, vencer las dificultades que los chicos tienen sin romperse. No sintiéndose tan solos… compartiendo, pudiendo expresar los adultos libremente sus miedos, dudas, cansancios… ante otros que experimentan iguales o similares vicisitudes. Haciéndose… fuertes en su camino.

Como diría Bebe en su tonada... “Anda”, deja que te acompañe que no es momento de andar sola...
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2 comentarios:

  1. Una entrada preciosa, Leve.

    Los párrafos de tu mano son iguales o mejores que los de José Molina o Clarissa Pinkola. Que lo sepas.

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  2. Sépolo pues ;-), pero los verdaderamente preciosos son los peques :-)

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