Tenemos la obligación moral ...
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de dejar un buen sabor de alma tras cada encuentro.
Ayer tuve la suerte de que me sucediera y se me legó una herencia infinita. Y creo, también de algún modo, haberla dejado yo.
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Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
de dejar un buen sabor de alma tras cada encuentro.
Ayer tuve la suerte de que me sucediera y se me legó una herencia infinita. Y creo, también de algún modo, haberla dejado yo.
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Contigo no ha de ser difícil,
ResponderEliminarsino bella tarea.........
................besos
Al menos se intenta, desde este corazón que late dentro de mí.
ResponderEliminarGracias Mia.