Ternura: preludio del amor ...
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y una vez este se manifiesta, ella no es sino su hogar permanente.
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Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
Cada uno tiene su propia "receta" para el amor, pero hay ingredientes básicos como la ternura que son necesarios... Aunque, esos ingredientes ( como ocurre en la cocina) acaben teniendo un sabor diferente dependiendo del toque personal...
ResponderEliminar¿Y qué otros "ingredientes" dirías tú, Sangon, que son básicos para el amor?
ResponderEliminarYo puedo profundizar hasta el corazón para ver que ingredientes encuentro, pero creo que habrá muchos otros...
ResponderEliminarSinceridad, pasión y compasión cuando es necesaria, compartir, dar, sobretodo dar: una sonrisa, un abrazo, una mirada, una caricia, un gesto... una palabra...etc...
Y luego es cuando me preguntan: ¿Y si no te corresponden, que?...todos necesitamos que nos correspondan... A veces, lo que se nos da no lo apreciamos en el momento, es como el agua de la lluvia cuando cae sobre una semilla, pasará un tiempo hasta que crezca y de frutos. Otras veces, la lluvia cae de forma infructuosa... pero, incluso cuando no vemos resultados, el querer dar lo mejor de uno mismo a los demás te hace crecer...en tu interior, aprender, porque te esfuerzas en dar lo mejor al otro, a lo que te rodea, y eso te queda a ti también. Otras veces simplemente hay que abandonar el camino yermo, y tomar otros más prósperos.
Después... ser consciente de cada momento, intentar saborear cada instante... No siempre se logra, te intentan convencer de que son utopías, pero ya es demasiado tarde... como dijo Einstein: "Lo hice, porque no sabía que era imposible"
Y tú Leve, ¿que ingredientes pondrías?
Por supuesto en mi receta añadiría los ingredientes que mencionas, pero además ... una sólida base de amistad, respeto, comunicación profunda, complicidad, ayuda a que el otro sea quien es (no quien deseo que sea), siendo yo con él y por sobre todas las cosas algo que pronuncias: utopía, que no es otra cosa que fe en esa especie de ser invisible que se crea a partir de la unión de dos y que les acompaña cada día, cada tarde, cada noche, cada madrugada, cada amanecer.
ResponderEliminarNo paro de escuchar, y de hecho lo compruebo continuamente, que el amor hoy en día –y me estoy refiriendo expresamente al de pareja en este momento- se ha convertido en un “artículo exprés”; o sea de usar y tirar. Nadie dijo que vivir fuera fácil y creo que actualmente se arroja demasiado pronto la toalla en el mundo de las relaciones. ¿Pero acaso no es hermoso intentar superar una crisis y que el sentimiento conjunto salga refortalecido tras los embates? A veces, como es el caso, ser tozuda es una gran ventaja.
Hay algo que tengo muy claro y es que el amor “da trabajo”, pero un trabajo gozoso en definitiva, al menos para mí. ¿Será que nos estamos volviendo vagos? Por suerte tengo magníficas referencias próximas que me hacen no perder el horizonte y saber que esa utopía no es que pueda ser, sino que ES, mayúsculamente además. Como dijo Tagore (y seguramente yo repetiré en estos lares, que mi memoria no es tan extraordinaria como la tuya): “Lo posible pregunta a lo imposible. ¿Dónde vives tú? En los sueños de los que creen, dice una respuesta”. Pos eso mismo ... sí, sí, tozuda. O perseverante, si se prefiere. O ... inconformista si se trata de aceptar lo contrario.
Naturalmente es fundamental dar, sobre todo dar, pero (a estas alturas de mi vida y como quiero que pervivan hasta siempre ¡fíjate qué ambiciosa soy! las relaciones en las que deposito mi amor) RECIBIR, también recibir es perentorio pues mi naturaleza dadora ya no es que tenga tendencia a buscar equilibrio, sino incluso cierta necesidad compensatoria. Cosas de la edad, me temo :-)
Me llaman, sin conocerme, “exigente” pero yo no lo contemplo así. Lo visualizo como el legítimo deseo de vivir una relación en la mayor igualdad posible. O ... que ambos nos encontremos en una escala vibratoria muy semejante. Tú lo expresas como “terrenos yermos” y yo como lo acabo de hacer.
En cualquier caso estoy de acuerdo contigo en general; es más, totalmente. Quien ama lleva implícita la recompensa en su amar amando. Claro está que debiera explicar -sin embargo esto quisiera hacerlo con detenimiento en alguna entrada- que para mí el amor es un estado energético del individuo, lo llamaré así, que va encontrando cauces en los que derramarse: pareja, amigos, hijos, padres, hermanos, abuelos, animales de compañía ... ¡plantas! (sí, mis compañeras de piso son muy queridas y lo primero que hago en las mañanas es saludarlas con un: ¡buenos días mis niñas!). Es decir, no es algo que llegue de afuera, brota de dentro, si bien ese “expresarse” suele ser provocado por motivaciones exteriores.
Bla, bla, bla ... ya tú sabes de mi rollo persianil. Suficiente, sospecho. Así que hasta otro ratito. De hecho me revolotean en la mente un par de citas que podrían sustituir certeramente a la de Tagore, pero necesito que mis neuronas despierten del todo para poder reproducirlas con más o menos exactitud, que ahorita ando algo espesa. De modo que hasta lueguito.
Dando alas a la “utopía”. O re-citando ...
ResponderEliminar“La imaginación lo es todo. Es el pre-estreno de las próximas atracciones de la vida” (Albert Einstein) ... mira tú por donde de nuevo aparece.
Re-re-citando ...
“Sea que piense que puede o que no puede, en ambos casos usted tiene la razón” (Henry Ford).
Re-re-re-citando ...
“Todo aquello que puede concebir la mente de un hombre se puede lograr” (W. Clement Stone).