Gracias... por favor... me gustas... ¿necesitas algo?... te respeto... ¿cómo te sientes?... hasta pronto... nosotros... ¿cómo amaneció hoy tu corazón?... me alegro de verte... perdóname, me equivoqué... ¿qué tal fue tu día?... paz... qué bueno estar aquí, contigo... lo siento... ¿te apetece que paseemos juntos?... qué bien te sienta la sonrisa... te espero... te quiero...
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Las que precisa el mundo... las palabras amables. Sin duda... más de esas cositas que hacen que la vida valga la pena... ¡y la alegría!
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:)
:-)
:))
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:(
:-(
:((
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:-d
@-)
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(o)
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:-?
(p)
:-s
(m)
8-)
:-t
:-b
b-(
:-#
=p~
:-$
(b)
(f)
x-)
(k)
(h)
(c)
cheer
Pues... que tengas un buen día, con mis mejores deseos!
ResponderEliminarYa lo creo! Hay palabras que acarician en cambio otras...
ResponderEliminarMe gustan especialmente estas:
brizna, florecilla, amor, ambrosía, abrazo, paz, amistad, libertad, templanza, cachorrillo, humanidad, volar y leve también.
Un cálido abrazo para el mundo-mundial
ahimsa y lo pongo la primera con minúsculas por lo pequeña que soy.
Mi QUERIDA Leve, que BIEN esta esta entrada y me parece una INCREIBLE oportunidad de decirte que coincido contigo en que las palabras tienen un gran poder y que específicamente las AMABLES son las que más necesitamos en nuestrio diario andar.
ResponderEliminarAsí que: QUE TENGA UN EXCELENTE DÍA señorita y que usted y todos sus AMIGOS del blog reciban un AFECTUOSO abrazo de mi parte.
Feroz pues... que tengas una buena noche, con mis ídem reídem.
ResponderEliminarAhimsa, que yo sepa, significa “no-violencia”. Siendo así... ¿pequeña usted señorita?... ¡NO! Es más... resulta que la no-violencia es una de las mayores armas de CONSTRUCCION masiva. Así que graaaaande, graaaaande. Bueeeeno, también chiquita. ¡Pero las dos cosas, eeeehhh mi niña!
Ale, leveabrazo para vos.
Estimada Myriam... qué creíble me parece lo que escribes. Es verdad que las palabras tienen un gran poder... ¡pero no menos cierto que las supernenas Bellota y Bombón también son megapoderosas!... No creas que me olvido, je.
Sí, la amabilidad es lo que precisa nuestro diario caminar. De hecho alguien dijo que era pasaporte para la felicidad... o mejor dicho alegría. ¿Sabes?... donde yo trabajo, en una especie de pueblito pero que en realidad es un barrio de la ciudad situado a 6 km, de camino a la cafetería donde desayuno vive una viejita. Como es natural a su edad está llena de achaques y suele abrir la puerta de la calle y se asoma, supongo que para ver otras caras y comunicarse. Un día la saludé al pasar por su puerta. Y al otro, y al que le siguió... y a día de hoy, cuando coincidimos, casi siempre me paro un ratito con ella, como esta mañana:
- ¿Qué tal está usted, cómo se siente?
- ¡Ay hija!... aquí... esperando que vengan para ayudarme a bañarme. Y con la espalda fatal porque me caí. (Esta caída me la sé de memoria porque fue hace meses y no se acuerda de que me lo cuenta cada vez, je, pero a mí me hace gracia).
- Pues a ver si se mejora, mujer. Habrá que echarle ganas. Y no se agarre usted a la cortina (es de esas, como de hebras metálicas... no sé como se llaman) que no tiene un anclaje seguro y se puede volver a caer si salta con la fuerza de su peso.
- Sí, sí, tienes razón...
- Me voy volando, que vuelvo al trabajo.
- Gracias hija, que dios te lo pague.
Y me marché pensando lo sencillo que es que alguien se sienta un poco mejor. O al menos... no peor, por el simple hecho de dedicarle unos minutos de atención.
Un abrazoide compañera superheroína.
Y tú predicas con el ejemplo.. esta bitácora es un nido de palabras amables, a la que apetece venir para reconfortarse.. :-)
ResponderEliminar¡Ups! ¡glup! creo que estoy celosa.
ResponderEliminarPues ale, Víctor, a arrimarse a la chimenea que es posiblemente el elemento que más reconforta en en cualquier hogar, dulce hogar (y calentito) que se precie. ¿O es nido?... Pío, pío que yo no he sidooooo. ¿O sí? :-D
ResponderEliminarMyriam... mira que si te pones celosa luego te tienes que descelosar... ¡doble trabajo!... y con pinta de cansino que pa' qué. ;-)