Primer signo de que la Navidad acaba.- Para compensarme por la injusticia del carbón que me dejaron unos que dicen ser reyes y tienen fama de magos, el fin de semana vinieron a almorzar Melchora, Gaspara y Baltasara. O lo que es lo mismo: mi sister Esther, mi sister Susana y mi prima Eu. Hablamos de lo divino, de lo humano, reímos... nos emocionamos. No vinieron solas sino acompañadas por Denia, que decidió quedarse a vivir aquí porque dijo encontrar el cálido ambiente que andaba buscando...
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Segundo signo –y decisivo- de que la Navidad acaba.- El leveárbol vuelve a plegarse hasta la próxima vez, que no se sabe si será el siguiente año porque este ha perdido muchos puntos. En paralelo Punki podrá regresar a su “habitación” (lugar junto a la ventana) que cedió gentilmente al árbol flotante en espiral...
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Punki es todo un caballero. Porque no es planta sino planto. O planta macho, si se prefiere. Inauguró conmigo una vida en este hogar dulce hogar hace ya... ¡nueve años!... caray cómo pasa el tiempo. Ahora que le miro bien... se ha convertido en todo un hombre. Digo en un planto adulto. Al margen de su aspecto agresivo es encantador, noble y además de muy educado es protector. Si algún visitante se pone tonto... me defiende con sus “extremidades”. ¡Punki mi héroe! Y como se puede observar no está solo en sí mismo. Le acompaña uno de esos príncipes a los que besé y se convirtió en rana... croac, croac, croac...
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Al menos ahora tiene utilidad y da de beber a Punki. Sí, no he dicho aún que en mi faceta de ¡superleve en acción!, tengo el poder de petrificar a quien finalmente resulta ser quien decía no ser. O a quien dice no ser, pero demuestra ser. Es un poco como ser Rey Midas, pero sin su avaricia ni oro de por medio, sino piedras. ¡Y lo consigo con solo un beso!
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Segundo signo –y decisivo- de que la Navidad acaba.- El leveárbol vuelve a plegarse hasta la próxima vez, que no se sabe si será el siguiente año porque este ha perdido muchos puntos. En paralelo Punki podrá regresar a su “habitación” (lugar junto a la ventana) que cedió gentilmente al árbol flotante en espiral...
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Punki es todo un caballero. Porque no es planta sino planto. O planta macho, si se prefiere. Inauguró conmigo una vida en este hogar dulce hogar hace ya... ¡nueve años!... caray cómo pasa el tiempo. Ahora que le miro bien... se ha convertido en todo un hombre. Digo en un planto adulto. Al margen de su aspecto agresivo es encantador, noble y además de muy educado es protector. Si algún visitante se pone tonto... me defiende con sus “extremidades”. ¡Punki mi héroe! Y como se puede observar no está solo en sí mismo. Le acompaña uno de esos príncipes a los que besé y se convirtió en rana... croac, croac, croac...
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Al menos ahora tiene utilidad y da de beber a Punki. Sí, no he dicho aún que en mi faceta de ¡superleve en acción!, tengo el poder de petrificar a quien finalmente resulta ser quien decía no ser. O a quien dice no ser, pero demuestra ser. Es un poco como ser Rey Midas, pero sin su avaricia ni oro de por medio, sino piedras. ¡Y lo consigo con solo un beso!
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Doy pues por finalizadas, leveoficialmente, las fiestas navideñas que entre unas cosas y otras básicamente han sido... una serie de catastróficas desdichas. Así que... ¡alegría, alegría... acabaron ya! Aunque, je, aún me quedan un par de días de vacaciones... ¡bieeeeeeeennnnnnnn...!
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Doy pues por finalizadas, leveoficialmente, las fiestas navideñas que entre unas cosas y otras básicamente han sido... una serie de catastróficas desdichas. Así que... ¡alegría, alegría... acabaron ya! Aunque, je, aún me quedan un par de días de vacaciones... ¡bieeeeeeeennnnnnnn...!
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Nos queda ahora la travesía del desierto hasta el verano.
ResponderEliminarVaya la que le liaste al príncipe. Aunque igual le ha compensado quedarse petrificado en tu casa, que el amor ya se sabe..
¡Aaaaaaah...!, eso le pasa por ir de príncipe siendo batracio. O sea... se la lió la ranita solita... croac, croac...
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