Siempre que escucho ciertas melodías, ciertos cantos... extrañamente me encuentro en ellos... sin buscarme. Me hacen recordar, de un singular modo al que no soy capaz de vestir con palabras o perfilar con la razón, que ya estuve aquí... o allí; que "fui".
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Que, de manera intermitente, he nadado varios océanos de tiempo en la vida. Que marcho... pero regreso. Que mi cuerpo es joven... pero anciana mi alma. No estoy pensando, al hablar de ello, en una hipotética “reencarnación”, pues nada sé. De hecho no lo puedo pensar, sólo sentir. Lo percibo como latido de pertenencia a un origen que desconozco, pero cuyo eco resuena en la lejanía...
Sé que los “cánones establecidos” determinarán esta confesión como “locura”, o “disparate”, o “tontería”, o "fantasía", o... Pero eso no evitará que siga sintiéndolo... acrecentado si cabe a medida que pasa el tiempo... este tiempo que me ocupa ahora...
Sé que los “cánones establecidos” determinarán esta confesión como “locura”, o “disparate”, o “tontería”, o "fantasía", o... Pero eso no evitará que siga sintiéndolo... acrecentado si cabe a medida que pasa el tiempo... este tiempo que me ocupa ahora...
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Especialmente cuando suena música... milenaria... del espíritu.
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Magia potagia, expresas con claridad meridiana una sensación que, según los "cánones establecidos", habría de ser inexpresable.. Y si la expresas tan bien, es que la comprendes mejor.
ResponderEliminarMás que comprenderla... la siento. Es como si estuviera impresa en mis células... ¿un tatuaje celular?... :-)
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