"La flor más grande del mundo"...
El hombre que decía no saber contar historias para niños, al igual que el escarabajo, ha dicho adiós.
De casta, le venía al galgo…
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El hombre que decía no saber contar historias para niños, al igual que el escarabajo, ha dicho adiós.
De casta, le venía al galgo…
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"Siempre acabamos llegando a donde nos esperan”
(José Saramago)
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:)
:-)
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:(
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@-)
:p
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(o)
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:-?
(p)
:-s
(m)
8-)
:-t
:-b
b-(
:-#
=p~
:-$
(b)
(f)
x-)
(k)
(h)
(c)
cheer
... "en especial a la muerte, que nos guarda a todos una fidelidad absoluta" (Vistorvitz).
ResponderEliminarGracias por estas pequeñas obras de arte que nos has puesto, ha sido una buena manera de empezar un sábado.. :-)
¡Segundo! -Se mantienen juntos, apretados, como un rebaño, ninguno quiere ser la oveja perdida, porque de antemano saben que no habrá pastor para buscarlos.- Extraído del libro Ensayo sobre la ceguera, la película (A ciegas) basada en el libro, me dejó un sabor agridulce en el paladar. Saramago, descanse en paz.
ResponderEliminarEsa si que es la igualadora por antonomasia, Vistorvitz.
ResponderEliminarDe nada. La segunda obra de arte... mayor si cabe que la primera. Qué grandes algunas personas en apariencia tan pequeñas, como lo puede ser un abuelo analfabeto.
Sputnik... ¡Tercera! Las líneas que transcribes... el equivalente a la elusión (que no ilusión ni alusión) de la propia responsabilidad individual, que por otra parte tanta relevancia tiene sobre la colectiva. Un día Saramago se dijo que el ser humano se estaba quedando ciego... y se sentó a escribir. Al margen del sabor agridulce (el de la propia vida)... ¿recomiendas la película?
Sólo me he leído "Ensayo sobre la ceguera". Leve y/o levelectores, ¿me podéis aconsejar el siguiente?
ResponderEliminarVíctor… en realidad sólo he leído “Ensayo sobre la ceguera” y un cuentito, “La isla desconocida” que no es sino un viaje a la utopía adornado con ilustraciones deliciosas. Lo tengo delante… 73 páginas, no más.
ResponderEliminarNo me ha hecho falta leer su obra completa, o gran parte de ella, para saberle como un auténtico humanista que buceaba en la condición humana, sacándola a la superficie, incitando e invitando a que lo hiciéramos el resto. Uno de los grandes... ese era Saramago. Un tipazo, que digo yo.
Si te apetece ver el brillo de algunas de sus perlas, paséate por su cuaderno.