jueves, 10 de junio de 2010

¿La que el viento se llevó?

Se dice, se comenta, se rumorea... que mi naturaleza es esencialmente amorosa. También yo lo creo. O tal vez debiera expresarme en pretérito ya que llevo un tiempo en que... no es que no sienta amor en mi corazón. Es que no consigo sentirlo concentrándolo en alguien en particular, aunque sí generalizada e incluso abstractamente si bien no de un modo “intenso”. Al parecer, y al margen de mi voluntad, el que bombea se ha puesto un impermeable y nada le penetra en profundidad; y lo que sale... con moderación. Pero una cosa es obvia: en huelga no se ha declarado pues sigue latiendo. Es... como si se hubiese establecido una frontera invisible entre aquellos con los que existe un vínculo afectivo y yo.

Se trata de una novedad pues aún cuando Ino ha estado ingresada en varias ocasiones por diferentes K.O, o perniciosas bacterias y viruses invasores de diversa índole que la atacaron por sorpresa, nunca me había pasado algo así. ¿Incapacidad temporal?... ¿limbo emocional?... ¿consecuente autodefensa?... ¿sanación sentimental?... Sea lo que sea siempre hay una primera vez para todo. ¿Tal vez estoy “probando” la modalidad cinética-energética que aún no conocía, o sea la “indiferencia”? Porque sí señoras y señores... odiar he odiado. No en gran cantidad, ni durante mucho tiempo y algo me enseñó aquel estado: es de un cansino que pa’ qué y posiblemente el disfraz más eficaz para ocultar un exceso de dolor. También aprendí que no conviene frecuentarlo pero sí resulta positivo asomarse a su territorio, para saber donde no hay que permanecer; por uno mismo y por el resto.

No obstante aclaro que, aunque la frecuencia ha disminuido, sin fingimiento alguno continúo besando, abrazando, sonriendo con boca y mirada a “mis vinculantes”, pero... una parte de mí, “la que más se acerca”, no está. No la encuentro, aunque tampoco la busco realmente. Y casi me da igual no hallarla, o hasta puede que prefiera que no vuelva. Porque, extraña e independientemente de la porción de paz desvanecida, experimento presencias y ausencias desde un punto de singular e inexplicable bienestar. Debe tener que ver con el auténtico estoicismo, que se va manifestando cada vez más y que, hoy por hoy, rechaza cualquier atisbo de intimidad. ¿Por si acaso más de lo mismo...? Probablemente. Ya lo dice el refranero popular: “Del agua fría... huye el gato escaldado”. Ejem, gata.

Puede que ese pedazo de mí se haya marchado de vacaciones, para descansar y regresar fortalecido. “Parada y fonda”, que suelo decir. O igual Eolo, tras numerosas y consecutivas ráfagas, finalmente lo arrancó de un plumazo, digo soplido, arrastrándolo a bandazos a quién sabe qué lugar. O quizás esta vez algo, en ciertos kiloalmómetros, se rompió definitiva e irreparablemente y resulta insuficiente la destreza para remendar esa... la tela humana más propensa al desgarro.

Con un poco de suerte tal vez no. De todas maneras, aunque ahora parezca que no importe... “todo importa”, de modo que ojalá sea más lo primero que lo segundo porque no todo vale... no todo es admisible. Y si “todo” cambia, incluidos nosotros, no quisiera vivir así... amputada por haber llegado –o que me hayan llevado- a un punto no tanto de inflexión como de saturación. Sería muy injusto.

Habrá que esperar... no queda otra, dado que tras lo ya lo vivido merezco un descanso hasta de sentir. Pero esperar en plan Escarlata O’hara, con su característico y en cierta medida desapegado: “Ya lo pensaré mañana”. Y como no, con su mítica exclamación por bandera: “¡A Dios pongo por testigo que no...!”, aunque la realidad de semejante afirmación finalmente no depende tanto de nuestra voluntad... como creemos... y desearíamos...



A ver, a ver… tampoco hay necesidad de llevarlo a extremos y se puede prescindir de la estafa, del asesinato, del robo… :-)

Y digo yo que “esta mi indiferencia” será la razón de que Don amor lleve meses persiguiéndome por toditos lados. No debe querer que me vaya de su Organización. Es que al parecer las afiliaciones han disminuido y claro, no le interesa perder socios :-D


Pd. dulzona:

.

6 comentarios:

  1. Tu corazón llevará impermeable, pero se lo ha quitado para latir con fuerza en la entrada de hoy...

    Muchas veces, los impermeables que no dejan penetrar nada en el corazón son fruto de nuestra mente, de nuestros miedos... Hay que apartarlos y dejarse llevar por el corazón...
    No pierdas un instante y ama sin miedo, ya... Seguro que puedes concentrar tu amor en alguien particular, lo que ocurre es que no tienes que seguir el guión estandar que marca tu mente sino el guión de tu corazón...
    Recuerda aquello de "que todo lo que amamos profundamente pasa a formar parte de nosotros".
    Cuelga el impermeable y no pares de sentir... ama y olvida lo que dice tu cabeza
    ...

    ResponderEliminar
  2. Contesto aquí al comentario que me hacías en la entrada anterior, donde me decías que leyese tu penúltima entrada (¡vaya lío!).

    Como bien sabes: 1º El corazón humano es un músculo retorcido que tiene la forma aproximada de un puño; 2º El amor no es una cuestión de corazón, sino de hormonas.

    Por tanto, eres TÚ quien: 1º Ve corazones en esos objetos que refieres; 2º Ve amor en esos supuestos corazones.

    En conclusión: el amor no te acosa, ni te persigue, ni, en definitiva, te llega de fuera.. ese amor procede de la misma cabecita taoista que escribe estas entradas, llega del puritito interior de la croqueta playera.

    Por lo tanto.. yo no me preocuparía mucho por él: ya se concentrará él solito en alguien cuando sepa que ha llegado el momento.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. ¡No dejes que la inteligencia emocional te manipule, manipulala tu a ella! Oye, que aún no había visto el altar que te has apañado, mola, me recordó al de Whitaker en Ghost Dog. ¡Banzai!

    http://www.youtube.com/watch?v=Q_-IuZSepPo

    ResponderEliminar
  4. Sangón... como de costumbre esta noche Doña Coti pretendía decidir el tema de la entrada, sin embargo tu comentario se impone sobre ella y determina el contenido, que dejo en la “puerta principal” con la intención de responderte en esencia de un modo más “ilustrado”. Si aún no has visto los vídeos (en cuyo caso te sonará a chino lo que sigue), concretamente el segundo, como anticipo digo que la clave de que el que me late esté pasota se encuentra en el ... ¡ñan-ñam!... Luego si el cansancio es una forma de miedo... sí. De modo que... parece que el impermeable es necesario, pa’ no acabarse ahogando con tanta tromba como cayó, cae... ¿y caerá? No se sabe, no se contesta. Y conste que no tiene que ver con el amor estándar en este presente de indicativo, je. Al menos en el sentido: “los niños con las niñas”... por aquello de mi heterosexualidad.

    “Que abrirnos no es amar indiscriminadamente”... decía Benedetti en su “Desde los afectos”. ¿Seguir siempre al corazón? Creo yo que la cabeza tiene su razón de ser... Entre otras cosas templa al latente, que a veces peca de cándido. Los excesos no son buenos en ningún sentido, opino. Distinto es... vivir con corazón. Escucharle siempre... pero no darle la razón en todas las ocasiones. ¡Viva el equilibrio! Tampoco han de ser enemigos… pueden llegar a pactos que hagan bien a ambas partes :-)


    Víctor... ¡lío-líooooo que yo no he sido que te has liado tú solitoooooo!

    No me digas que... ¡el corazón humano es un músculo retorcido con la forma aproximada de un punto y que no me acosa, ni persigue, ni, en definitiva, me llega de fuera!... Gracias, eternamente gracias, maestro, por descubrirme tan elevada verdad 8-[

    Y que todavía no me hayas pillado el levepunto después de taytanto tiempo leyéndonos (“peliando”) pues sí queeeeee… ¿Voy a tener que empezar a creer eso que me has comentado de ti en varias ocasiones? ;-P

    Y que el amor que se mueve por la feniletilamina y otras hormonas es el “ro-mán-ti-co” y/o de pareja, insisto en que justo el que menos tiene que ver con la/s entrada/s objeto de estos comentarios. Porque me refería ante todo al amore como modalidad energética-cinética y sus múltiples manifestaciones, concentradas, eso sí, en el género humano, que no hombres. Lo que no significa que niegue que en el “estado actual de las cuentas”, no influyeran todos los apuntes realizados a lo largo del tiempo en el “levelibro contable sentimental” (esto es: debe-haber-saldo) :-D

    En algo sí te doy la razón completita: no hay que “preocuparse” ni de nada, ni de nadie. En cambio sí que hay que ocuparse, cosa que intento hacer... cuando toque.


    Sputnik… ¡vaaayaaaa... Forest de samurai!... Veré la peli, que igual me animo y le copio. ¡Oh necesito un sensei! ¿Qué tal me quedaría el nombre de Pequeña saltamontes? ¿Dominatrix mejor? :-D

    Y a propósito, lo único que envidio de su altar es que se encuentra en abierto… que tiene como techo el cielo (por la noche... ¡guuuuaauuuuu!). Pero mío está muchíííííísimo más limpio, dónde va a parar.

    ResponderEliminar
  5. Oye listilla, amoavé qué va a pasá..

    Pos ya que tú le das a tus palabras el significado que te da la gana, haré yo lo mismo con las mías... En mi comentario me refería al amore como modalidad energética-cinética y sus múltiples manifestaciones, por supuesto. Pa que te enteres. ¿Dónde digo nada de "hombres"?

    ;-PPP

    ResponderEliminar
  6. Oígame... es que que yo sepa, el amor que tié que ver con hormonas nada más... es "seudoamor", por ende "enamoramiento" na' más. El de la modalidad cinética-energética es... ¿cómo decirle señor Víctor?... sí, asunto más elevado. Estratosférico como poco.

    Ainsss, témome que hablamos lenguajes diferentes. Eso te pasa por no haberte matriculado en el cursillo acelerado de almeriense ;-P

    ResponderEliminar

Algo me dirás... ¿no? ;-)

:) :-) :)) =)) :( :-( :(( :d :-d @-) :p :o :>) (o) [-( :-? (p) :-s (m) 8-) :-t :-b b-( :-# =p~ :-$ (b) (f) x-) (k) (h) (c) cheer