miércoles, 16 de junio de 2010

Humanamente imprescindible

Tres cosas, tres...

Plantar un hijo...


Tener un libro...


Y escribir un árbol...


Era así ¿no? :-D

¡Ops... aún me queda todo por hacer!

Aunque bien pensado... ¡ya he tenido un blog! y más o menos...
.

5 comentarios:

  1. ¡Primero! Si logras que tu blog eche raíces y le crezcan hojas, serás la sensación de la blogósfera, y oye, que la canción de Sarah tiene su gracia... por cierto, ¿llevas una Kalashnikov en el bolsillo o es que te alegras de verme, camarada?

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  2. ¡Me quedo con la plantita! pues capaz que ese libro se me echa a correr y que hago :)

    Yo creo que lo de tener un libro ya lo hiciste pues este blog tuyo es tu bitácora virtual, muy bien escrita, editada e ilustrada, además con prólogos y comentarios al márgen de gente conocedora de asignaturas variadas.

    Y yo creo que si reflexionas, quizá el hijo y el árbol ya los tienes también por ahí, o por lo menos tu florecita esa roja que no abre, mira que bien la estás críando. Creo que tu ya has cumplido con tu misión.

    Saludos!

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  3. ¡Tercera!... A la Kalashnikov aún no la llevo pero ahora que sé (¡gracias a ti!) que lo que necesito no es un… es una sensei para ser libre de veras y… ¡no ir al cielo sino a todas partes!


    Myriam… Una opción sería perseguirle. Al libro que echa a correr. Mirando el lado positivo: ¡se haría ejercicio constantemente!... y ya sabes, quien mueve las piernas, mueve el corazón.

    De todas maneras y aún considerando de lo más lícitas y hermosas las típicas-tópicas tres opciones… ¡menos mal que mis levehorizontes ven más allá de lo “humanamente imprescindible””, independientemente de lo decretado. Quién lo “decidió”, por cierto...

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  4. Muy buena la asociación de ideas entre el blog y las tres típicas-tópicas opciones, jeje..

    Oye, una pregunta: en tu visita a los levehorizontes, más allá de lo "humanamente imprescindible" ¿has visto si existen también opciones que seguir?.. lo digo por no hacer el viaje y encontrarme con otros decretos todavía más difíciles.

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  5. En realidad el levehorizonte -como otro horizonte cualquiera- no se ve, sólo se otea... allá en la distancia. El mío se parece mucho al de Eduardo Galeano... "Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se aleja diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía entonces?...Para eso sirve, para caminar".

    Pero claro, supone arriesgar. Otra posibilidad, más compatible quizás con no hacer el viaje, sería la opción José Mota y/o Cruz y raya... "Si hay que ir se va... pero ir pa' naaaaa'...". :-P

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