La que me rodeaba era naranja (¡también mi color por excelencia!) y eso sí, al igual que la "bailarina" del vídeo contaba con unos graaaaaaandes, graaaaaandes ojos. Para veeeerrrrnos mejor... Caperucitos y Caperucitas. Libe y Leve... cara a cara.
Me fascina... su colorido, el mosaico de sus transparentes alas... la velocidad con que las mueve hasta mantenerse prácticamente estática en el aire, pareciendo entregada más a una levitación que a un vuelo... hasta su nombre suena musical: li-bé-lu-la...
¡Mmmmmm la naturaleza es wonderful, wonderful! Y su belleza plural... una de esas cosa que hacen que la vida valga la pena... pero mucho-mucho (¡y la alegría!).
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White Swan es infinitamente mejor vídeo, ¿no? Aunque claro, no tiene ninguna libélula.
ResponderEliminarQué precioso camarada Sputnik! Claro que si recuerdas fue por vos que llegué al vídeo de la libélula hace ya bastante, pero bastaaaaaaaante tiempo. Lo que pasa es que no encontró su momento para ser publicado hasta que apareció Libe, ayer.
ResponderEliminarSi es que no hay más que tener paciencia, que al final todo lo que se ha de dar encuentra su instante... su lugar.
De manera que... para que tal “delicatessen visual” se instale en el Levepaís de las maravillas, habrá que esperar a que vaya a una fiesta de espuma, o me vista de nubes pues como ya sabes... ahorita no es tiempo para que sea “patita fea”.
¡Gracias!