Amo los límites que nos hacen florecer ...
.
al traspasarlos.
.
Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
Límites de humo que nunca existieron, salvo en nuestro cuento personal.
ResponderEliminarLímite volátil que, al dejarlo atrás, nos invita a uno nuevo, seguramente, también inexistente...salvo en nuestro cuento que prosigue.
Límites que al dibujarse en su invisibilidad, desdibujan nuestra visibilidad.
ResponderEliminar