¡y caramelos!... que a su vez se suelen convertir en verdaderos proyectiles aunque en realidad el evento se llame “Batalla de flores”.
Vaaaaaaale, no es una proposición indecente pero cuando menos curiosa sobre todo considerando que tengo taytantos años. Ya lo dice un refrán... ¡nunca es tarde! No obstante creo que lo consultaré con la sabia por excelencia y sus decisorios pétalos... me subo a la carroza, no me subo a la carroza, me subo a la carroza, no me subo a la carroza, me subo, no me subo....
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Hola Levemente! ¡pues súbete a la carroza! yo creo que es mejor que lamentes que una serpentina se te enredó en el cuello a que lamentes haber visto el desfile desde el suelo y no desde las alturas :) ¿no crees?
ResponderEliminarSaludos!
¡Cachissss... en la mar salá! Pues ya dije que no, o más bien lo dijo el último pétalo de la margarita. Y es que, si bien la flor contempló la posibilidad del enredo en el cuello de alguna serpentina :-), llevamos un verano de calor tremendo y sabiamente me recordó que el vestuario de odalisca hace que incluso quien no suda facilmente –yo sin ir más lejos- lo haga considerablemente... ¡Ains Myriam, nos vamos a derretir!... menos mal que va quedando menos.
ResponderEliminarYa dice el refrán que cuatro ojos abarcan más que dos... porque no reparé en que habría estado genial “ver” el desfile desde las alturas... ¿Maldición, rayos y centellas?... Bueno, mejor que blasfemar esperaremos otra posible ocasión.
¡Gracias!