Siempre acaba volviendo. Más tarde o más temprano. Tras la primera ruptura se lo dije: "No intentes acercarte a mí. Nuestra separación es definitiva”. Pero no le importan ni mis deseos ni mis decisiones. Y cuando menos lo espero, de tanto en tanto aparece, con su inicial y característico: te quiero, pero no te quiero, te quiero, pero no te quiero...
¡Bah, tan inmaduro como siempre! Sin embargo a fuerza de insistir se va haciendo fuerte, más fuerte... y yo en cambio me vuelvo débil, débil... hasta caer -lo reconozco- rendida a sus pies.
Sí, ha regresado una vez más. Don Resfriado está de nuevo aquí... en mí... ¡aaaaachííísssss!
Y me va a dar el fin-de-semana-puente. Bueno, dar, dar... más bien quitar.
¡Cachis en los mengues... lerengues!
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Equinácea, Señorita Leve, ampollas (con perdón) de equinácea con propóleo, de Santiveri, (Veritas Veritatis)
ResponderEliminarMuaaak
El mejor remedio contra el resfriado es no necesitarlo, pero de necesitarlo es mejor el remedio que el resfriado. Es decir, tonterías vengo y animando me marcho.
ResponderEliminarjajajaja
ResponderEliminarCarlota Aseso RadeHerbo Lario... ¡tas creando escuela, je, je, je!
ResponderEliminar¡Cachissss!... sólo tomé própoleo (lo prefiero en extracto seco, "Natural Soria"... publicitemos, publicitemos) pero al parecer no fue suficiente. La próxima vez añado la equinácea. Grache por la recomendación.
Conde de Laeutus y Barón sin lugar a dudas... ¡tienes doble titulitis! Y de tonterías nothing-nothing. ¿O es nazin?
¡Jopé, cuánta aristocracia para una simple plebeya!
¡Vaya pedazo de desenlace! Y yo que pensaba que hablabas de un chico.XD
ResponderEliminarFui tan ingenuo y superficial.
¡Y tan pedazo!... fíjate Fabián que no le importan ni mis deseos, ni mis decisiones, je.
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