ni da fuego su pedernal siempre que quieres,
sino que nace y se propaga despacio,
tras larga compenetración, que lo afianza;
entonces no pueden acercarse a él abandonos ni menguas,
ni pueden alejarse de él firmezas y aumentos.
Confirma esto el que vemos que todo
lo que se forma presto también perece en breve.
Yo soy una tierra dura y pedregosa,
reacia e insumisa a toda vegetación,
pero si algunas plantas afincan sus raíces ...
¿no ha de cuidarse de que abunden las lluvias de primavera?"
(Ibn Hazm de Córdoba, "El collar de la paloma")

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