miércoles, 29 de julio de 2009

La sal la pone la vida...

Y el azúcar la cafetería en la que desayuno. Rafa me ha llevado a la mesa hoy el té con sorpresita...
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"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos con el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos"
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Herman Hesse (1877-1962)

Se le han gastado los sobres de azucarillos con el nombre del local y, mientras le imprimen los nuevos, le han proporcionado estos. Ambos hemos coincidido en que... ¡son geniales!
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De modo que... intentaré dejar cada día, a modo de posdata, un poco de asssssúúúúúcaaaaaarrr, que diría-cantaría Celia Cruz. A nadie le amarga un dulce... ¿no?

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3 comentarios:

  1. Sputnik, a secas.30/7/09 3:16 p. m.

    Una sonda espacial se dirige hacia tu correo, mein bester kamerad.

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  2. De Hesse leí un libro que me gustó mucho, "Siddhartha". Si te gusta la filosofía (en general, y la oriental en particular) no lo puedes dejar de leer.

    ommmmmmmmmmmmmmmmmmm...

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  3. Piu-piu-piu-piu... (¡no sé como reproducir la onomatopeya de un aterrizaje espacial sin parecer un pajarillo!)... pues eso ex-Fray Sputnik... voy llegando.

    ¿Tas aprendiendo Alemán, camarada?




    Víctor... grache mile por la recomendación peeeeero fue leído años ha. De hecho vive con nos, así como "Pequeñas alegrías", "El lobo estepario" y "Damian".

    Ooooommmmmmmm (me haga usté' el favor de no cashondearse, que esto de espíritu es mu' serio).

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