En unas horas de milonga he descubierto y redescubierto que...
Un tango... es la poesía escrita con la tinta del lamento de un bandoneón y el trazo de la nostalgia de un violín.
Un tango... es la hiedra que enreda a quienes alejan distancias y aproximan espacios.
Un tango... es un encuentro... un abandono... un regreso.
Un tango... es la lágrima disfrazada de melancolía que se asoma al abismo del vacío sin arrojarse.
Un tango... es el cruce de miradas que se convierten en espadas.
Un tango... es la fusión interna de los amantes que se engarzan externamente.
Un tango... es la cercanía de dos desconocidos, que se preguntan la razón de que su corazón se acelere al rodear y rodearse por quien antes jamás se vio.
Un tango... son unos ojos cerrados que giran unidos a otros por el puente de la sien.
Un tango... es la bofetada que no se da.
Un tango... es el gesto escondido que clama silencioso por salir.
Un tango... es el cimbreo de dos almas que vibran sostenidas en cada paso de sus cuerpos.
Un tango... es la intersección del ángel y el demonio que cada uno lleva dentro, deslizándose sobre una pista de la mano de otro demonio también fundido con su ángel.
Un tango... es la confusión de piernas que en su vértigo se creen brazos... que se abrazan.
Un tango... es la caricia vagabunda que no encuentra puerto en el que atracar.
Un tango... es PURA PASION.
Un tango... es lo que pobló la noche... de anoche.
Y, con seguridad, un tango... será mucho más que yo no he alcanzando a vislumbrar... aún.
Hoy tengo un tango. Mañana... tal vez lo baile.
Un tango... es la poesía escrita con la tinta del lamento de un bandoneón y el trazo de la nostalgia de un violín.
Un tango... es la hiedra que enreda a quienes alejan distancias y aproximan espacios.
Un tango... es un encuentro... un abandono... un regreso.
Un tango... es la lágrima disfrazada de melancolía que se asoma al abismo del vacío sin arrojarse.
Un tango... es el cruce de miradas que se convierten en espadas.
Un tango... es la fusión interna de los amantes que se engarzan externamente.
Un tango... es la cercanía de dos desconocidos, que se preguntan la razón de que su corazón se acelere al rodear y rodearse por quien antes jamás se vio.
Un tango... son unos ojos cerrados que giran unidos a otros por el puente de la sien.
Un tango... es la bofetada que no se da.
Un tango... es el gesto escondido que clama silencioso por salir.
Un tango... es el cimbreo de dos almas que vibran sostenidas en cada paso de sus cuerpos.
Un tango... es la intersección del ángel y el demonio que cada uno lleva dentro, deslizándose sobre una pista de la mano de otro demonio también fundido con su ángel.
Un tango... es la confusión de piernas que en su vértigo se creen brazos... que se abrazan.
Un tango... es la caricia vagabunda que no encuentra puerto en el que atracar.
Un tango... es PURA PASION.
Un tango... es lo que pobló la noche... de anoche.
Y, con seguridad, un tango... será mucho más que yo no he alcanzando a vislumbrar... aún.
Hoy tengo un tango. Mañana... tal vez lo baile.
Vincent and Flavia
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cheer
Un tango puede ser... vivir toda una vida en un minuto...
ResponderEliminarUna forma de descubrir en un instante la esencia del otro...
Tal vez, como en otros momentos en la vida, dejarse llevar por el corazón... sin más...
http://www.youtube.com/watch?v=l9B2lNU-xQM
Un tango eeeees
ResponderEliminarUn tango eeeees
un tango eeeees......
Abrir una ventaaana en la mañaaana y respiraaaaaar....
¿Esa canción de María Ostiz no era un tango?
:p
Sí, Sangón, también un tango... es lo que apuntas. En una película –para mí maravillosa y de la que no soltaré prenda hasta que no la “proyecte” en la filmoteca de este país- se dice algo parecido: “a veces el amor de toda una vida cabe en apenas unos minutos”... ¿Acaso el amor no es lo más importante? Y no lo refiero como afecto sentid -correspondido o no- sino como... “energía cinética”, ya tu sabes.
ResponderEliminarPreciosa la escena tanguera de “Esencia de mujer” a ritmo de “Por una cabeza”... Soberbia la interpretación de uno de los grandes del mundo actoral. He de volver a verla ya que lo hice en su fecha de estreno y sólo permanece el poso del buen sabor que me dejó. Seguramente ahorita apreciaré matices que entonces se me pasaron por alto.
Dices: “Vivir toda una vida en un minuto”... y es el equivalente, con otras palabras, al “aquí y ahora” que se defiende en “El guerrero pacífico”. La disfruté ayer e incluso me reconocí especialmente en una escena. He referido en alguna ocasión, creo que cuando hablé de mi glub, glub, glub amor por Don mar, que a menudo me ocurre que me siento como... “más allá de las cosas” (¿será mi archimegavisión de Superleve?, je). No encontraba otra manera de explicar lo que intentaba transmitir. Y es tan sencillo como decir que te aproximas tanto a las cosas... a lo que pasa... que casi formas parte de ellas aunque a priori sólo seas espectadora; o lo parezcas... quién sabe si realmente no se forma parte de ello de algún modo. Es... reconocer, conectar con lo que sucede sin que lo del alrededor importe. ¿Uno con el universo? ¡Uy, uy!... qué sé yo si no sé nada.
Creo que es uno de mis dones y me siento muy privilegiada por los beneficios que me concede. Claro que también tiene... su yugo y es que no sólo se ve con claridad la belleza, sino también el horror... “con la belleza no es fácil andar sin la certeza del bien y del mal”, que recientemente cantaba por aquí Milanés.
Nada es gratis, Sangón, como ya te he dicho expresamente a tenor de algún comentario tuyo.
Otra escena que me atrapó en particular fue la del joven protagonista cuando pelea con... “su lado oscuro” que le incita al suicidio y a quien, como buen guerrero, logra vencer. Me gustó además “la forma” que se dio a esa lucha que, de una u otra manera, mantenemos con cierta parte de nosotros mismos pues todos... somos potencialmente todo. Crear un “doble” me parece un recurso de lo más certero para lo que se pretendía en este punto de la historia.
Película estupenda que recuerda que conocimiento no es sabiduría. Esa... la que “sabe” es la “acción”, no la erudición. Y tantas, tantas cosas necesarias nos recuerda...
¡Ah!, por si te sigue interesando he dado respuesta a un comentario que dejaste en “¡Superleve en acción!” hace “eones” de tiempo. Bueno, bueno... no exageres Leve que fue el 30/06/09 y eso tampoco da para una eternidad.
Con ese pelo me recordarás a Lucía Bosé, que me da un buen rollo que pa’ qué la señora. ¡Encima le gustan los ángeles!... y además tiene un par bien colocados. De ovarios se entiende. Sólo que situados... dulcemente, aunque en su sitio, como el genoma manda. Seguro que estarás moníííísima con ese color.
ResponderEliminarEsteeeeee... ¿la tonada de María Ostiz no era una sardana entonces? Qué disgusto me llevo oye.
Si tuviera más confi contigo te diría... ¡qué joía la carcajada que me has arrancado!, pero como no, lo dejo en un: ¡qué graciosa Carlota la risota que me ha puesto en la bocota! (¡de verdad de la verdadera!).
;-P
Pd. Lo confieso pero que no se entere nadie...¡ssshhhhhh!: ¡de peque me encantaba María Ostiz!... Será que me pasaba factura eso de que me obligaran ir al Junior incluso en época púber. Eso sí... me lo pasaba pipa en las excursiones de varios días... y como tenía tendencia a escaparme de los rezos pues... ¡que me quiten lo bailao’!