Hoy paso un día de convivencia con miembros de una asociación pues me han invitado a acompañarles al “Mini Hollywood” (o poblado del viejo Oeste americano + Reserva animal), lugar al que no he vuelto desde que era peque; muy peque. Aunque hay autocares -por aquello de librarnos de ataduras de horarios- acordamos que haría de chofer e iríamos en Salvatore (mi compañero de andanzas de los últimos años), citándonos en casa como punto de partida. Ellos son impuntuales pero por adelanto, como yo, de manera que hemos coincidido diez minutos antes de la hora prevista: las 10:00h.
.
"Indurain" al frente y su chica a mano izquierda, tras las hojas.
"Pareja de hecho y derecho". Eros no estaba en el aire... que nadie piense mal (o bien, no sé).
Primer plano de "Ella". ¿A que es guapísima?
Espejito, espejito... ¿quién es el más bello real del lugar?
El "bello" más cerca.
13:00h. Espectáculo de bailarinas de can-can en el salón. Me ha encantado el edificio. Por un momento casi he creído que aparecería por allí Clint Eastwood. Y luego, el feo y el malo, claro. ¡Anda que no me gustaba a mí el “spaghetti western” de niña! Todavía recuerdo aquellos sábados por la tarde, que te encasquetaban una peli del género o de romanos. Y claro, como no había otra posibilidad... tocaba verla; gustando además. En el poblado... mucho vaquero pero poco indio... que es con los que yo iba de peque. ¡Y de grande!14:00h. ¡A comeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrrr! El tropel de personillas vamos a un porche donde corre el fresquito y nos sirven un menú tipo barbacoa, compuesto por pinchos de queso y uvas, ensalada, verduritas asadas (ricas, ricas, ricas) y carnes varias (aquí fallo porque no soy carnívora). Y un postre surtido de bizcocho de almendras, pastel de queso, mousse de chocolate y flan que quitaba el sentío... ¡y eso que no soy especialmente dulzera!, pero es que todo estaba d-e-l-i-c-i-o-s-o. En el durante algunas risas y una conversación que gira en torno a arreglar el mundo. El almuerzo es amenizado por un vaquero y vaquera que tocan-cantan música de la época... lo hacen muy bien. También en su repertorio hay country actual.
16:00h. Paseo por el poblado. Parada en el "Museo de carros", con piezas que son una pasada. ¡Hasta uno de bomberos había! Y entrada a las cuadras. Me he indignado cuando he visto que a un caballo le llamaban “1/2 kilo”... ¿Qué nombre es ese para un animal de semejante tamaño y además tan bello? Porque... qué hermosura de criatura y con tremenda elegancia en su porte. Me he enamorado de “Bicho”, que no tenía nada de eso pues era super tierno. Marrón oscuro y con una franja blanca cruzándole la cara hasta el hocico. Ha buscado caricias, así que se las he dado mientras le decía cosas bonitas. Le piropeaba vaya. De manera que... ¡soy la mujer que susurra a los caballos! Lo siento por Robert Redford pero le he dejado sin trabajo. Cuando le tocaba cerraba los ojos, si dejaba de hacerlo los abría y se acercaba más... como si pidiera que continuara. Y claro, obedecía encantada, volviéndolos él a cerrar. ¡Este sí que sabe!
Daniela también era muy guapa. Blanca con puntitos grises. Pero había uno que me ha dado penita. A ese animal le ocurría lago. Estaba completamente inmóvil, frente a la pared. Medio mirando de reojo... ¿atemorizado, harto de tanto humano, enfermo...? Con el lomo extraño... y un gran desequilibrio en las caderas. Le he llamado, para tocarle, pero ni caso... parecía una estatua. Los otros eran caballos, sin más. Pero este era un caballo... triste.
17:00h Visita a los reptiles y anfibios. Las serpientes son unos animales fascinantes... hipnóticos diría. Pero las iguanas... he alucinado con su parsimonia. Había varios ejemplares y a cual más quieto. Por un momento he pensado que uno era de plástico y nos tomaban el pelo.
Iguanita, Iguanita... ¿cómo puedes permanecer tanto tiempo quietita?
¡Cuánta belleza hay en el mundo animal! Esto, y otras cosillas, es lo que a veces me hace cuestionarme esa teoría científica de que la vida es... fruto del azar. Hay tanta hermosa complejidad, que no sé, no sé que pensar.
18:30h. Tras entrada de las "mademoiselles" a "les toilletes" regreso a la ciudad, sonando en Salvatore –entre otras- una sevillana que adjunto y forma parte de la B.S.O de "Sobreviviré", agradable peli española. Si bien el género me carga aún siendo oriunda del sur, pese a saber bailarlas aunque no lo hago desde hace años, pues... en concreto esta me parece preciosa. Despedida del personal hasta la próxima, suelto la mochila, cojo la de la piscina... y al agua patos. Digo sirenas. Nado 2000 metros a ritmo potente porque me lo piden cuerpo y alma, quedando tras la sesión drogaíta perdía de endorfinas.
20:30h Llego a casa, escribo mi croniquilla, ejem... cronicón de un sábado estupendo considerando el temporal actual que, hoy, dio tregua.
Ahora, presta y dispuesta a -como colofón a la jornada- prepararme unas tapas de queso variopinto (soy muy, muy ratona) y un copita de vino para brindar. Ver alguna película buena, mi sesión rutinaria de estiramientos yoguiles y... a que Morfeo me abrace y propicie lindos sueños para mí.
En resumen... no soy Dios, pero casi. Dejémoslo en Diosa. Y si así suena muy rimbombante... soy la reina ¿de Saba?... ¿del mambo?
¡Chin-chin!... por mi alegría... y por Leve completa. Pues como diría el eslogan archifamoso: "¡Porque yo lo valgo!".
Así fueron las cosas -más o menos- y así las hemos contado. ¡Jau!
Alba Molina - "Sevillanas de la vida"
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Algo me dirás... ¿no? ;-)