“Da igual que dejéis el móvil encendido o apagado porque, por una cuestión estadística, no os va a llamar nadie”. Así arrancó ayer Antonio Fraguas (Forges) y adelantaba lo que iba a ser una sesión cargada de historia, sociología y sicología de la sociedad española narrada a golpe de carcajadas. No obstante, con las risas como telón de fondo, el humorista gráfico fue salpicando su charla de hondas y serias reflexiones. Así, puso en tela de juicio la “crisis económica” y trajo a la memoria las hambrunas de la posguerra para apuntar: “En esos momentos fue el humor lo que salvó a muchos”.
Habló también de “las 45.000 chorradas que se dicen al día porque se necesita la diferencia”. Para contradecirlo, y con balas de inteligencia en forma de chistes, dejó en evidencia muchas de las diferencias que defienden los nacionalismos. Y lo hizo mostrando sus viñetas... “se entienden en catalán, castellano, gallego o euskera” y defendió una frase... “una frase que se puede traducir a cualquier lengua española pero a ninguna lengua extranjera”. La frase fue: “No; si ya verás tú cómo...” y en los puntos suspensivos invitó a que cada uno eligiese su propio caso. Las risas volvieron a tomar la sala, como ocurrió constantemente. Fue, durante más de una hora, el ejemplo de la profundidad hecha humor.
Forges inauguró la segunda edición de “La mirada del hombre”, un ciclo de conferencias en el que diferentes personalidades del mundo de la cultura y de la ciencia reflexionan sobre los retos del hombre frente al siglo XXI. Con perlas como las que a continuación dejo, Forges dio el pistoletazo de salida antes de que Fernando Savater y Carmen Posadas visiten esta ciudad en las próximas citas. ¡Qué bien, bien!
“La vida tiene pocas soluciones, sí remedios como el humor y el amor”.
“Ahora dicen que estamos en crisis, sin embargo en el restaurante que hemos parado para venir estaba lleno. Como este es un país civilizado, en los restaurantes de carretera hay que fijarse en lo que bebe la gente. En Alemania sería agua. En este todo eran... bebidas espirituosas”.
Habló también de “las 45.000 chorradas que se dicen al día porque se necesita la diferencia”. Para contradecirlo, y con balas de inteligencia en forma de chistes, dejó en evidencia muchas de las diferencias que defienden los nacionalismos. Y lo hizo mostrando sus viñetas... “se entienden en catalán, castellano, gallego o euskera” y defendió una frase... “una frase que se puede traducir a cualquier lengua española pero a ninguna lengua extranjera”. La frase fue: “No; si ya verás tú cómo...” y en los puntos suspensivos invitó a que cada uno eligiese su propio caso. Las risas volvieron a tomar la sala, como ocurrió constantemente. Fue, durante más de una hora, el ejemplo de la profundidad hecha humor.
Forges inauguró la segunda edición de “La mirada del hombre”, un ciclo de conferencias en el que diferentes personalidades del mundo de la cultura y de la ciencia reflexionan sobre los retos del hombre frente al siglo XXI. Con perlas como las que a continuación dejo, Forges dio el pistoletazo de salida antes de que Fernando Savater y Carmen Posadas visiten esta ciudad en las próximas citas. ¡Qué bien, bien!
“La vida tiene pocas soluciones, sí remedios como el humor y el amor”.
“Ahora dicen que estamos en crisis, sin embargo en el restaurante que hemos parado para venir estaba lleno. Como este es un país civilizado, en los restaurantes de carretera hay que fijarse en lo que bebe la gente. En Alemania sería agua. En este todo eran... bebidas espirituosas”.
.
Olvidandome de los nacionalismos y refiriéndome al hombre como tal...
ResponderEliminarHabrá quién necesite ser diferente, pero hay quienes son diferentes, no por elección sino por simple evidencia, al comparar.
Esas diferencias dan miedo, por eso quién no las entiende trata de uniformizar, desacreditar o ampararse en el hecho de que son mayoría los que piensan igual...
“La inteligencia no es una magnitud extensa, sino intensa; por esto opone un hombre razonable su criterio a diez mil personas, y mil necios no hacen un hombre razonable.”
Arthur Schopenhauer
No me gusta Forges, jijiji, no sabía como endulzarlo, pero eso es lo que hay, siento que se ha detenido, atorado en una serie de personajes con un humor poco valiente. Seguramente cambiaría de opinión si le escuchara en una conferencia, seguramente. Le reconozco una cierta inteligencia emocional y el matiz y la densidad que tienen las personas que se apartan del pensamiento general, del meme. De cualquier forma siempre enriquece conocer otros puntos de vista, una palabra, una idea, una memoria de otro puede abrir nuevos caminos en nuestra vida, y como no sabemos donde ocurrirá eso...
ResponderEliminarSangon... todos somos diferentes y sin embargo tan iguales en esencia... Esa es la gran paradoja de nuestra humanidad. Creo yo.
ResponderEliminarBuenísima la cita.
Carlota con Espinacas... ¡te pondrás fuerte como Popeye!
ResponderEliminarEs estupendo que no te guste Forges. ¿Te imaginas que aburrimiento que a todos nos gustase lo mismo? Aburrimiento, digo, porque no podríamos aportanos cosillas... o cosazas.
A mí los dibujos de Forges a veces me gustan. Otras no. Pero lo cierto es que nunca me disgustan. Y cuando habla es distinto a cuando dibuja. Y me río al escucharle... casi siempre. Indiscultiblemente es un tipo con humor.
Las espinacas tienen mucho hierro. ¡Cuidado con los imanes! Y son verdes... que las quiero verdes, el color de la esperanza, según dicen, comentan, rumorean.