jueves, 14 de mayo de 2009

Gracias a ti

Suelo ser la primera en llegar a mi lugar de trabajo, así que a menudo abro el centro aunque no me corresponda. Prefiero ir con tiempo, haciendo el recorrido más largo para disfrutar de la luz y el mar... viviendo con calma, que se diría, en todos los terrenos. Me gusta la sensación de llegar y que el silencio ocupe las estancias, sólo roto por un piar de pajarillos. Poco a poco va llegando la gente... pero ya estoy en la planta superior donde, por habérnosla cedido después de años de necesidad perentoria de ampliación, nos han desplazado recientemente a cuatro. La consecuencia es que hay mañanas en que a algunos compañeros ni les veo, o les veo tarde, o al marcharnos... salvo que me tope con ellos en las pocas “bajadas” que hago a diario.

Después de mí, hoy la primera en llegar ha sido Julia, mi jefa. Tengo la gran suerte de que sea amiga y también el honor de ser ídem. Raramente sube y menos tan temprano pero esta mañana...

Julia.- Buenos días.
Leve.- Buenas...
Julia.- ¿Por qué al marcharte ayer me preguntaste si estaba bien?
Leve.- Hummmmm... no sé, me pareció adivinar en tu mirada que algo no marchaba. Supongo que debo conocerte un poquito, je.
Julia.- Pero si apenas nos cruzamos un minuto...
Leve.- Entonces será que te intuyo nada más verte, je-je.

Y ha empezado a hablar. Literalmente ha subido a liberar. A desahogar la contención retenida desde ayer. He escuchado sin apenas intervenir hasta que más o menos ha concluido.

Julia.- Estoy muy sensible y entiéndeme lo que te quiero decir...
Leve.- Sí, nada concreto amenaza tu estabilidad de un modo serio pero te sientes más... más frágil. Y tienes derecho porque no siempre se puede, ni hay por qué, ser Superwoman. Continuamente no se dispone de las mismas fuerzas, ni ganas. Tienes derecho a sentirte cansada... lo tienes, no te quepa la menor duda. Además... ser una mujer estupenda da trabajo extra, ya sabes.

En ese instante sus ojos se han vuelto vidriosos, lo que se preveía sucedería de un momento a otro.

A veces, cuando ya no hay espacio para las palabras, entiendo que sólo queda el abrazo. Y más que entenderlo... me invade y mueve una especie de impulso irracional, que nace de la víscera casi al margen de la voluntad y la conciencia. Cuando he venido a darme cuenta ya la rodeaba, acariciándole un hombro. Y se ha producido lo que llamo una danza de almas pues si se observa... raro es que dos que se abrazan no acaben como mínimo en un suave balanceo. Un abrazo... corazón contra corazón cuyo “contra” no opone sino que propicia el encuentro, el reconocimiento y en ocasiones incluso la fusión. ¿Abrázame... hasta herirme de unidad?... ¡Bendita energía renovable!

Es maravilloso que te abracen pero abrazar, especialmente si la otra parte lo necesita de verdad, si puede tener una función sanadora aunque mínima... entonces además es divino. ¿He dicho que el abrazo es una de las cosas que más me gusta del mundo-mundial... si no lo que más? Pues eso.

Julia.- Gracias amiga-, decía al marcharse.
Leve.- No, no, las gracias te las doy yo a ti, Julia. Ha sido un autééééééntico placer.

Me he vuelto a quedar sola y he mirado a través del ventanal que tengo a mano derecha, sonriendo inmersa en ese sentir de gratitud. Qué gran regalo que alguien que tiene la voz quebrada te busque. Qué alegría poder contribuir una pizca a su alivio. Qué privilegio la dádiva de su confianza, de su amistad. No diré... ¡qué felicidad!, pero sí... ¡qué bien-estar!

Como colofón, Pavarotti y su pandilla han madrugado un poco más adelantando sus planeos, acrobacias y cantos, en un cielo gris que tamizaba la fuerza de Don solete. Están particularmente activos... ¿quizás porque la amenazante vuelta del invierno les vuelve loquitos? No sé, pero sí sé que el espectáculo que me han ofrecido ha sido pura magia... potagia, por supuesto.
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Como semicolofón en realidad pues la cosa no ha quedado aquí, no, no, no. Por tanto... continuará.
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2 comentarios:

  1. Carlota Oreja de Soplillo y Oído Atento15/5/09 11:14 a. m.

    Oh! Dios mío, continuará!!!
    A ver... La silla... las pipas... la chaqeuta por si hace frío... mmm, el móvil... no sé, quizás un bocata por si se retrasa, y a esperar la segunda parte, lalalala, este pie impaciente... enfins, lalalala segunda parte...

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  2. Jajajaja Carlota Oreja de Soplillo y Oído Atento... ¡silencio en la sala! y por favor, cuidaito con las cáscaras de pipas que luego se me queda el cine sucio, sucio.

    Aparte del bocata, la chaqueta, las pipas, la silla... ¿has traído un cojín por si te ZzzZZzZZZz en la próxima entrega? Pa' acomodarte, digo.

    Mira que se dice, se comenta, se rumorea... que segundas partes nunca fueron buenas.

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