martes, 31 de marzo de 2009

Realidad

¿Vemos las cosas como son...

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o como somos?
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lunes, 30 de marzo de 2009

Aristocracia, zorros y rosas

O lazos que unen ... pero no atan.

O conjugando el verbo que los crea: yo te domestico, tú me domesticas, nosotros nos domesticamos ...





El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
- El tiempo que perdí por mi rosa ... -dijo el principito, a fin de acordarse.
- Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa ...
- Soy responsable de mi rosa ... -repitió el principito, a fin de acordarse ...



... es un gran misterio. Para vosotros que también amáis al principito, como para mí, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, sí o no, a una rosa ...
- Mirad al cielo. Preguntad: ¿el cordero, sí o no, ha comido a la flor? Y veréis como todo cambia ...
¡Y ninguna persona grande comprenderá jamás que tenga tanta importancia!
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domingo, 29 de marzo de 2009

Elección (de diana)

Lo malo no es que apuntemos alto y no lo logremos ...

el problema es que apuntemos bajo y acertemos en el tiro.

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sábado, 28 de marzo de 2009

Sin (mis) palabras

Pero con las de otro, con música ...

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e imaginación.
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viernes, 27 de marzo de 2009

Divinidad

Esta mañana, mientras me dirigía al trabajo conduciendo por la carretera de la playa, veía al fondo la sierra bordeada por el mar. Sobre la superficie brillante del agua, un numeroso grupo de gaviotas ha volado formando una hilera que perfilaba casi perfectamente la montaña. Parecía que se hubiesen fusionado transformándose en un pincel que se deslizaba sobre su contorno a medida que avanzaban, sin que apenas se captase su aleteo, sorprendentemente precisas en su trazo, remarcándolo, delimitando tierra y cielo ...

A veces creo verle ... en una sonrisa; en unos ancianos cogidos de la mano; en las olas que rompen en la orilla con fuerza ... en las que apenas la rozan como susurro cuando la alcanzan; en una noche estrellada ... en una noche cerrada; en un árbol recién plantado ... en un árbol que creció a lo largo de quinientos años; en el indigente que vive en las calles de mi barrio ... en su compañero can, siempre próximo pero no pegado; en un abrazo; en una mirada franca; en el amanecer ... en el ocaso; en el olor a azahar, a tierra mojada, a bebé, a pan recién horneado; en los pétalos de una gerbera ... en toda ella; en las nubes en que vislumbro formas ... en las que sólo parecen pedazos de algodón; en la música; en la lágrima del que se duele; en el canto y vuelo de los pájaros; en los acantilados; en pedir perdón ... en perdonar ... en ser perdonado; en el contacto ... con tacto; en la ingeniería de una telaraña; en el cuidado del sano al enfermo ... en el agradecimiento del enfermo al sano; en los ocres y naranjas del otoño; en la acción generosa, noble, sincera; en el pensamiento ídem; en otro abrazo; en la honestidad; en la brisa que me acaricia pero no veo; en un pincel hecho de gaviotas ... Aquí, en todo esto, está. Aquí se encuentra ... y allí ... y por doquier si se presta un poco de atención. Incluso ... tal vez un poco en mí.

Sí, a veces creo ver a “Dios” en el misterio, en la belleza ... Mi intelecto se siente sobrepasado y entonces percibo en mi interior una profunda fe. Una fe que no se relaciona con lo establecido por la ortodoxia religiosa. Que no se nutre con lo que me dicen debo creer sino con lo que me muestra aquello que veo. Y así, mira que te mira para ver ... se forja mi fe, a veces ... a veces.
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Posdata:

"¿Quieres volar?
¡Sí, quiero!

¿Tanto como para dejar atrás a la bandada y convertirte en exilado?
¡Sí, quiero!

Pues entonces ... ¡empecemos! Para llegar a cualquier lugar lo primero es creer que ya has llegado."

("Juan Salvador Gaviota", Richard Bach)

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jueves, 26 de marzo de 2009

Contacto... con tacto

Las caricias...
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son las palabras del amor... son el lenguaje universal susurrado de piel a piel.
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miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Solución?

Se busca instructor-a experto-a que adiestre en artes de mala voluntad.

¡Uy no!, demasiado drástico.

Entonces... se busca instructor-a experimentado-a que enseñe a eliminar un exceso de buena voluntad.

Vaya, pues estamos en las mismas pero en el lado contrario.

Se busca instructor que ilustre sobre el noble arte de equilibrar la balanza de la voluntad.

Horario, sueldo e incentivos a convenir. Interesados diríjanse al país de las maravillas.
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martes, 24 de marzo de 2009

Levemedicina

En estos lares hay un cachito de mar al que rebauticé como “Cala de Dios”, de puro inmensa que es su belleza pues pareciera que un escultor gigantesco hubiese esculpido pacientemente su montaña de basalto, otorgándole caprichosas apariencias. Seguramente será consecuencia de mi imaginativa imaginación que no pocas veces crea encontrarme en la fortaleza de Superman sita en el Polo Norte; aunque claro, no con predominio del blanco-hielo sino del gris-roca. Y es que la cala está incluso dividida en dos de forma natural por una especie de monolito, que me recuerda ineludiblemente a las formas tubulares que poblaban el lugar donde el héroe recuperaba poderes y se reconstituía si lo precisaba. Su “parada y fonda” vaya.

Cuando voy, me convierto en artista sin remisión... y casi sin intención. Quiero decir que, inmersa en una especie de sonambulismo, acabo –o empiezo- una visita... y otra también dibujando. Bueno, artista, artista... es un suponer. Para ser exacta el asunto se reduce a que utilizo la orilla como papel y algún palo que allí mismo encuentro hace las veces de lápiz. Una línea por aquí, otra onda por allá... que unidas dan como resultado “algo” que incluso puede resultar agradable dependiendo de los ojos que lo miren.

Elementales formas... ¿naif? Probablemente de encuadrarlas en algún estilo ese sería el adecuado. Y como goma de borrar... las olas. Una goma de borrar automática, con voluntad propia, trabajando cuando le... va y viene... en gana. Que si un barco –de vela claro, nada de trasanlánticos que son poco románticos y aún menos estéticos-, que si una estrella, que si la luna, que si una ballena –que para eso estamos donde estamos-, que si una guitarra, que si una sirena –que para eso seguimos estando donde seguimos estando y además es uno de mis alter(es) ego(s)-, y el que parece sello de la casa (nos salió simbólica la muchacha) que no falte: un corazón...

Y en una de esas, sin casi darme cuenta, un día acabé “cantando” sobre la arena un tema de Pedro Aznar y Pat Metheny. Supe entonces la razón de por qué dibujo en una cuartilla tan volátil. Y, claro, me volví doblemente artista y fui añadiendo tonadas hasta formar todo un repertorio arenoso que interpreto según ánimo imperante.

Don mar... mi amante, mi amigo, mi consejero, mi confidente, mi libertador y, también, en días de furia... mi medicina. Gracias por tanto bien.




lunes, 23 de marzo de 2009

¡Aaaarrrrgggggggg!

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¡¡¡ ESTOY FURIOSA !!!

¡¡¡ Estoy furiosa !!!

¡¡ Estoy furiosa !!

¡ Estoy furiosa !

Estoy furiosa

Estoy furios

Estoy furio

Estoy furi

Estoy fur

Estoy fu

Estoy f

Estoy

Esto

Est

Es

E


¡ Ufffffff ! ... ya parece que se me pasó.

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domingo, 22 de marzo de 2009

Vuelo angelical

Me han caído del cielo unas alas de mi talla. Al instante de colocármelas, Damiel, un ángel, ejerciendo de perfecto Cicerone me ha llevado de nuevo en volandas sobre, alrededor, dentro, bajo Berlín. Me cantaba y me contaba... y me gustaba escuchar sus tarareos dejándome mecer en ellos.
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He podido observar los pensamientos de decenas, quizás centenas de personas que quieren ser ángeles y he percibido el deseo que un ángel tiene de ser persona. He visto los pensares-sentires del mundo, en un color ligeramente abstracto, que no es blanco, ni negro... que se instala en la frontera, al igual que la sutil línea que separa el ahora del siempre; y ese color no es el gris.
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Me he redescubierto en una mujer que danza con el aire y mientras floto recuerdo que... vivo agarrada a la sospecha de que sólo por lo que pesan los trapecistas y los sueños lo son.
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¿"Cielo sobre Berlín"? Arraigadamente etérea... celestialmente terrenal.


Cuando yo era una niña, ya decidí que de mayor quería ser peque para, entre otras cosas, poder ver ángeles... cuando yo era una niña...




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sábado, 21 de marzo de 2009

Adagio

"El verdadero amor no hace en un hora,
ni da fuego su pedernal siempre que quieres,
sino que nace y se propaga despacio,
tras larga compenetración, que lo afianza;
entonces no pueden acercarse a él abandonos ni menguas,
ni pueden alejarse de él firmezas y aumentos.
Confirma esto el que vemos que todo
lo que se forma presto también perece en breve.
Yo soy una tierra dura y pedregosa,
reacia e insumisa a toda vegetación,
pero si algunas plantas afincan sus raíces ...
¿no ha de cuidarse de que abunden las lluvias de primavera?"

(Ibn Hazm de Córdoba, "El collar de la paloma")

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viernes, 20 de marzo de 2009

¿Cuando tenga 64 ...?

Dicho y hecho: lanzo esta semilla a la tierra de mis sueños ...

para evitar ahogarla. Y cuida que te cuida ... queda esperar su fruto.




Cuando me haga viejo y se me caiga el pelo
dentro de muchos años
¿seguirás enviándome una tarjeta el Día de San Valentín?
¿me felicitarás el cumpleaños con una botella de vino?

Si no hubiera vuelto a las tres menos cuarto,
¿cerrarías la puerta con llave?
¿Aún me necesitarás?
¿aún me alimentarás
cuando tenga sesenta y cuatro años?

Tú también serás vieja
pero si dieras esa palabra
podría quedarme contigo.

Podría serte útil, arreglaría los plomos
cuando se fuera la luz.
Tú podrías hacer punto junto al fuego,
saldríamos a pasear los domingos por la mañana.

Cuidar el jardín, arrancar las malas hierbas,
¿quién puede pedir más?
¿Aún me necesitarás?
¿aún me alimentarás
cuando tenga sesenta y cuatro años?

En verano podríamos alquilar una casita en la Isla de Wight
si no es demasiado caro.
Tendríamos que apretarnos el cinturón.
Los nietos en tu regazo,
Vera, Chuck y Dave.

Envíame una postal, escríbeme unas líneas
diciendo lo que piensas,
indica con precisión lo que quieres decir.
Tuyo sinceramente, consumiéndose ...

Dame tu respuesta, rellena el formulario
mía por siempre, ¿aún me necesitarás?
¿aún me alimentarás cuando tenga sesenta y cuatro años?
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jueves, 19 de marzo de 2009

Cómplices

Regresaba a casa caminando cuando esa especie de antena interior que me suele avisar de lo inmenso, aunque en apariencia pequeño, comenzó a emitir una señal que requería mi atención. Frente a mí, a lo lejos, una pareja de ancianos se levantaba de un banco. En principio nada fuera de lo común, sin embargo algo me empujaba a mirarles... ¿para verles? ¿O es inventarles? El le ayudaba a ella a ponerse la chaqueta, con dificultad pues huelga añadir que llegada cierta edad la flexibilidad mengua y los achaques, cuando no enfermedades en toda regla, limitan notablemente los movimientos.

A ritmo lento ella llevaba un brazo hacia atrás todo lo que podía mientras él, pacientemente, sostenía la prenda en alto intentando facilitarle la tarea en la medida de lo posible. ¿Yo?... todavía a distancia aminoré la marcha cuando echaban a andar pues uno de mis pasos equivalía a dos suyos, y mi “dispositivo” detectaba en segundo plano algo que me invitaba a... seguirles, literalmente. En consecuencia tuve que frenar el ritmo ya que lo no revelado aún -pero sí presentido- parecía prometedor. De repente se cogieron de la mano. De la mano, no del brazo. No es lo habitual. Es, de hecho, algo extraordinario: una pareja de ancianos, gente otoñal que me gusta más decir, cogida de la mano.

Mi mirada enfocó sus manos, encuadrándolas como si una cámara de vídeo se tratara, comprobando cuan pobladas estaban a estas alturas de arrugas, lunares, manchas... habiendo perdido tersura pero ganado experiencia... ¿también caricias? Y mi imaginación comenzó a... “volar”. O mis ojos del alma a ver. Percibí firmeza a la par que delicadeza en su asirse. Viajé hacia su pasado... a su ruta conjunta. Los visualicé siendo cada miembro del par una vez apoyo... otra el objeto del sostén, según necesidades y fuerzas de que se dispusiera en el momento. En su caminar lento, sus espaldas cargadas con el peso y ligerezas de la vida... sus fracasos, sus éxitos, sus risas, sus lágrimas, su compartir, su caminar juntos... compañera mía, compañero mío... consolidando, paso a paso, ese 1+1 = nosotros. Y lo mejor es que aún se conjugaban en presente de indicativo.

Cogerse de la mano representaba un gesto extra de complicidad, casi quinceañera, un reflejo de lo que yo entiendo es una pareja de las de verdad... de la verdadera. Era la ternura... ternurándoles, envolviéndoles, acercándoles, iluminándoles.

Y mi emoción... se emocionó, profunda, rotundamente. ¿Por qué será que esta clase de belleza siempre me desborda una lágrima?

Creo que voy a sembrar esa semilla en mi personal terruño de sueños; me ha dado una envidia que pa’ qué.
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miércoles, 18 de marzo de 2009

Silencio

"Cuando el silencio vale más que las palabras que lo rompen, cuando el silencio es la alternativa al conflicto, cuando se inicia el discurso interno, entonces ... hablar es un ruido que brota de los labios".
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(Raimon Samso, "Taller de amor")
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lunes, 16 de marzo de 2009

Inmensas pequeñeces

"Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, cambiará la faz de la Tierra”.

(Proverbio africano)
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sábado, 14 de marzo de 2009

Antónimos

Hay que reír un poco ...
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Hay que llorar otro poco ...

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Esa es la historia ...
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Esa es la gloria ...
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de la vida.

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miércoles, 11 de marzo de 2009

Vocación

De mayor...
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quiero ser pequeña. Para que, entre otras cosas, no se me escape ningún vuelo de mariposa. De los que se producen fuera... de los que suceden dentro.

Y con ello... con ellos, renacer cada día.

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martes, 10 de marzo de 2009

¿Persecución o encuentro?

Regreso a casa, con bolsas en las manos. Hace ya tiempo que se respira primavera. Hace más que no me topo con una en plena ciudad. ¿Años?... Muchos.

Se para. Me paro. Se mueve. Me muevo. Ella delante. Yo detrás. La persigo. Se deja perseguir. Se aproxima a una fuente... ¡cuidado! Se posa en el borde. Me poso... sentándome a su lado. La observo... se gira... ¿me mira?... ¡se acerca! Sus alas son blancas... blancas como la leche; blancas como la nieve; blancas como los osos que viven en el Artico; blancas como infinidad de flores; blancas como casi todas las novias; blancas como el yeso común; blancas como el azúcar que no es morena; blancas como las magias buenas; blancas como cierta pimienta; blancas como los cuadrados del tablero de ajedrez que no son negros; blancas... inmaculadas.

Reinicia el vuelo. Retomo la persecución. Se detiene de nuevo. Me clavo en seco. ¿Juega?... ¿juego?... ¿jugamos? Sí, lo hacemos. ¿Cuánto dura ese lúdico encuentro? No sé, el tiempo se ha parado y nunca uso reloj... para que él no me utilice.

Llego a casa, dejo la compra en la cocina. Me quedo quieta. Recuerdo. Sonrío por el inesperado regalo. Han pasado horas y, mientras escribo, aún algo me aletea en el pecho. En mis más adentrados adentros escucho el eco de un suave batir de alas... blancas alas. En general la llaman mariposa. En particular la siento como... pájaro del alma.
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Y, tal vez, sólo tal vez, si por aquí anduviese Albert Einstein añadiría... “Hay dos formas de vivir tu vida. Una es pensar que nada es un milagro. La otra pensar que todo es un milagro”.

Me late que tengo condición de vividora. ¿O es VIVIDORA?

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domingo, 8 de marzo de 2009

Memoria

Los guiños del presente ...
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son los recuerdos del incierto mañana.

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sábado, 7 de marzo de 2009

Diferencia clave

"La ignorancia es no saber nada y sentirse atraído por lo bueno. La inocencia es saberlo todo y seguir sintiéndose atraído por lo bueno".
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("Mujeres que corren con los lobos", Clarissa Pinkola Estés)
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viernes, 6 de marzo de 2009

Love is in the air

Hoy amaneció tal que así...
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O quizás sería mejor decir que quien suscribe despertó como la nube. En consecuencia pasé el día muy amorosamenteserena (sí, juntas -y revueltas- las dos palabras/sentires). Por nada concreto y por todo al mismo tiempo. Es decir... fruto de ese bien-estar que Dack Garden apuntó recientemente por estos lares y al que yo suelo referirme como "alegría".

Indiscutiblemente lo acabaré igual y como es la hora, ese poder benefactor no sólo se encuentra en el aire sino también en el menú, que ha de ser acorde en contenido y continente a la energía que motiva a la cocinera. Con una buena materia prima...

he preparado una españolísima tortilla...
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Acompañando con algo ligero...
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Y como quiera que no puedo resistirme a acabar cada comida con un puntito dulce...

Por mi parte queda añadir un sonoro ¡chin chin! con una copa de tinto. También hay cerveza, refrescos, zumo, agua... si bien dicen que no se ha de brindar con ella, aunque... ¿para qué están ciertas costumbres sino para transgredirlas? Resumiendo... la cocina está cerca y si alguien se apunta multiplicaremos en un plis plas, no panes y peces, pero sí la cena presentada.

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jueves, 5 de marzo de 2009

Intimidad

A veces... basta el roce de un dedo para que abraces a todo el universo...
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y que él, en respuesta, te constele con sus estrellas.
Yo abrazo al universo al abrazarte y soy abrazada por él cuando tú me abrazas, Jose.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Nubosidad variable

La mañana amaneció gris. La violenta luz que generalmente preside los días de esta tierra se suaviza por un cielo encapotado y mis ojos agradecen la deferencia de cuando en cuando. Un té humeante me acompaña. Descorro la cortina. Ni una hoja de los árboles del parque se mueve. Quietud. Una aparente calma lo invade todo hasta el punto de que parece que el tiempo se ha detenido. Apenas se escucha algo; resulta extraño considerando que es jornada laboral.
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Rectifico... unos ancianos juegan a la petanca... ¡clac!... ¡clop!... ¡clim!... las bolas se aproximan, se rozan, chocan... ¿se besan? Ellos, en cambio, casi no hablan, concentrados en sus lanzamientos... expectantes. Es... como si se movieran a cámara lenta y a la par se produjera un vacío de sonido. Debe ser la atmósfera que el clima imperante crea en el espacio... o que mis ojos y oídos aminoran el ritmo de todo lo que alcanzan.

Respiro. Vuelvo a respirar. Suena una pieza de Gabriel Yared llamada “The gift”. Algo en mi interior me lleva a buscar en un traductor on line qué significa: “el regalo”. La caja torácica se me expande al confirmar que es justo lo que estoy recibiendo desde que desperté... desde que me asomé a la ventana. Se traduce en una bocanada de paz, alegría... eso que llaman felicidad, que me invade porque sí, por el simple e inmenso hecho de que respiro. Inspirar... espirar... aire dentro... aire fuera. Respiro, otra vez. Más profundo. Mucho más hondo. Lentamente... ¿levemente? Recorro unos cuantos kiloalmómetros (gracias por el “palabro”, Carlota Calvorota) para regresar un poco más... a mí, justo donde quiero permanecer. Y me pregunto... ¿acaso respirar no es la mejor forma de orar?

Utilizando mi dedo corazón como lápiz labial me dibujo una serena y cómplice sonrisa. Decido ser yo quien ahora se hace un regalo: salir a dar un paseo. Quiero verlo todo de cerca. Respirarlo... cerca... cerca... cerca.


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lunes, 2 de marzo de 2009

Equilibrando el presente

Con ciertas emociones a un lado de la barra. Con sus antónimas en el extremo opuesto. Con la inocencia que me queda sobre la cabeza. Y sobre todo con la confianza de que no haya descalabro alguno ...
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soy funambulista en el alambre de la vida.