Nacemos solos. Morimos solos...
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Y el invervalo entre un momento y otro... es un pedazo de tiempo en que buscamos compañía, para compartir ese ratico que llamamos vida.
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Yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente, pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto. Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento. La tarde avanza lentamente, y yo mirando quiero ver. (Eduardo Chillida)
¡Uy! ¿La Sole también pasa raticos contigo?, ¡cómo es! Si eggque está en todos lados.
ResponderEliminarAnda, felicítame, felitízame, fetilízame, que me fetilíces, joe, que mañana es mi plumqueaños! y comeré tarta hasta tartarme, no como otras...
:p
Pues esa Sole anda por todos lados, debe tener su jet particular para viajar de continente a continente con tanta velocidad.
ResponderEliminarLeve, con el video me hiciste recordar que yo puse una entrada a propósito de Jorge Drexler el 26 de junio de este año en http://espaciomyriam.blogspot.com/2009/06/jueves-de-concierto.html por si lo quieres ver jejeje.
Pero, si te sierve de consuelo en algún momento, no te sientas solita, ya sabes que tienes una nueva amiguis por estos rumbos y el día que nos agarre la depre podemos ponernos a cantar unas de esas canciones rancheras "de desamor y contra ellos" para deshacernos de la mala vibra, al fin ya vi que si te agrada el ambiente folklórico mexicano.
¡Y felicidades a la del cumple! ¡como me hizo reir eso de: "que me fetilíces, joe"! jejeje, aún me sigo riendo :)
Que sí que sí, pero que no que no chicas... Que la Sole y yo ciertamente somos amigas y nos llevamos muy bien. ¡Pa’ no estarlo a mi edad! Pero que la entradeison en cuestión fue motivada más bien por un comentario que dejé en tu blog Myriam. Me dio pie a reflexionar sobre el hecho de que, en realidad, por más cerca que nos sintamos de alguien... estamos solos en los momentos cruciales, así como para las decisiones que atañen a nuestro ser.
ResponderEliminarY que a la Sole, Myriam, sólo le falta la omnisciencia y la omnipotencia pa’ ser diosa, porque efectiviwonder omnipresente ya es. Y que mejor... quedamos pa’ irnos de parranda virtual que pa’ entonar rancheras desamorosas, pues esas posiblemente nos aumenten la vibra mala, de modo que a espantarlas; a la una y a las otras. Eso sí... los tequilas pa’ ti que ya no aguanto el “alcohol duro” (ni me gusta). Y que Carlota es una genia pa’ inventarse palabros como ya has podido comprobar.
Y que Srta. de Chocolate y Trufa... en la puerta principal ya te he fetilizao por tu plumqueaños, je. Disfruuuuutaaaaa y si te queda un trozo de pastel lo traes que nos lo zampemos Myriam y yo.
Güenas noches damiselas.
Vivimos juntos, morimos solos, y doña soledad nos acompaña a lo largo de toda la vida, por fortuna en mi caso, porque es en la soledad donde encuentro mis límites, es el lugar en el que me curo, conozco, exploro, para salir de nuevo a la "comunidad", al contacto con el "otro". Vivimos tan juntos, en comunidades tan grandes que hemos olvidado a vivir en soledad de forma sana y equilibrada, al tiempo que hemos de descubrir la conexión con todo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo Carlota... disfrutar de la soledad buscada es un regalo...
ResponderEliminar"...porque todo lo que quieras compartir primero tiene que ser creado,y toda la creatividad surge de las profundidades de la soledad"
Osho
Así es esta Doña Soledad... casi, casi como la sombra de nuestra sombra. Creo que es imposible zafarse de ella, que a la puerta de todos tocará –en mayor o menor medida- más tarde o más temprano y entonces... más vale prestarse a conocerla, comprenderla, asumirla, a dolerse de/por ella cuando toque para también descubrir su fertilidad, pues en caso contrario... ¡ains!, puede acabar destruyendo... a menores, mayores, medianos...
ResponderEliminarImprescindible vivirla sanamente a título individual ya que es maestra para poder acompañar a otros y construir relaciones positivas que no se basen en dependencias enfermizas.
Luego sí, Carlota, estoy de acuerdo contigo aunque expresándolo con otras palabras. Salvo en una cosa: creo que, en general, vivimos más revueltos que juntos (será que para mí “juntos” tiene otra acepción). Y posiblemente porque mucha gente pretenda escapar de la Doña.
Cúrate-cúrate... que yo cúrome-cúrome... curémonos todos.
Sangón... disfrutar de la soledad buscada... y de la hallada también porque mire usté’ que pudiera parecer lo mismo pero, para mí, no lo es. Pues una cosa son los momentos solitarios... y otra la Doña... ¡que es muy Doña!