Colecciono tristezas. Les lavo la cara, les pongo rulos en el pelo, les extiendo una base de maquillaje, les doy colorete, les pinto una sonrisa en los labios...
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Les echo rímel de rocío de la noche...
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O les pongo pestañas postizas para alargarles la mirada hasta el infinito...
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Les aplico sombras en los ojos. Unas quieren un toque de dorado sol, mezclado con estrellas y polvo de luna eléctrica...
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Otras escogen azul mar Mediterráneo en un párpado y océano Pacífico en el otro...
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Las hay que eligen unas alas de mariposa para poder volar...
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Otras... prefieren planear por cielos en crepúsculo, usando plumas de pájaro. Y como comienza a llover es inevitable que les caigan gotitas...
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Y algunas optan por el arco iris que aparece tras la tormenta de rayos turquesas y violetas...
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Una de ellas quiere un antifaz (¡de superheroína!) pues le han invitado a una fiesta de disfraces y pretende no ser reconocida...
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La más felina decide aprovechar la ocasión para mostrar su verdadera personalidad...
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El toque final: colocarles adornos entre los rizos...
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¡Por fin listas! Entonces salimos a la calle y escuchamos que nos dicen mientras caminamos:
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¡guapaass, guapasss, guaaaapaaaassss!
Ayer nadie reparaba en ellas. Hoy tan lindas quedaron mis penas, tras el acicalamiento, que sin darnos cuenta... se han convertido en alegrías.
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Entonces, ya no son penas. Me viene a la cabeza algo que me dijo un amigo cierta vez:
ResponderEliminar"Si tienes un problema, y dejas de pensar en ello durante el tiempo suficiente, deja de serlo"
Bueno, no sé si una pena maquillada es una alegría con la cara recién lavada, o si un problema deja de serlo si se le ignora, pero bien vale un piropo si el que piropea no ve la pena bajo el maquillaje.
"Quita una pena,otra pena
y un dolor,otro dolor
un clavo saca otro clavo
y un amor quita otro amor"
Lo son y no lo son. Y no lo son no porque sean eludidas, ignoradas... sino porque se ven desde otra perspectiva, midiéndolas con exactitud. Se les da su lugar sin permitir que devore otros territorios. Creo que fue a Montserrat Caballé a quien escuché contar que cuando era pequeña su famila pasó un tiempo de penurias que hasta de techo les privó. Que se vieron en la calle, literalmente. Y que su padre, lejos de hundirse en la desesperación, les dijo: "No estéis tristes... somos afortunados por poder dormir bajo las estrellas". Naturalmente aquello fue puntual, en verano y unas noches a lo sumo. Siendo así... claro, puede trocarse en privilegio y hasta "aventura" para unos críos.
ResponderEliminarTu amigo lo dijo muy bien. Pienso algo parecido, pero expresado de modo distinto. Aquí lo tienes por si te ape...
http://leves-maravillas.blogspot.com/2009/08/fecundidad.html
Qué buenos poetas fueron los hermanos Machado... aunque a Manuel casi no se le tenga en cuenta.
Me encanto esto de maquillar tristezas, te invito a mi blog y si te gusta hacemos enlace- Me gustaron tus textos y tu música.www.periodistareflexionando.blogspot.com
ResponderEliminarMuchas gracias. Es buen truco "embellecerlas", que no eludirlas.
ResponderEliminarTe devolveré la visita Periodista.