Erase que se era Leve dirigiéndose a clase de danza oriental. Realiza el trayecto siempre caminando pues gusta de llevar a la práctica aquello de: “quien mueve las piernas... mueve el corazón”. Por otra parte en menos de media recorre la distancia y dándole a la patita además se ahorra la “tarea horribilus” de buscar aparcamiento en el centro; doblemente dificultada porque la mayoría de calles están levantás’ en la línea... “Obra de El Escorial”.
Para llegar al centro se ha de cruzar una avenida que atraviesa toooooda la ciudad de Norte a Sur, pudiendo decirse que es la arteria que la divide. Circunstancia esta que permite a cierto ser que se desplace a través de ella a sus anchas, largas, altas... y diagonales.
Esperaba la muchacha a que un semáforo le diera paso cuando... ¡maldición, rayos y centellas!: el dios del viento la pilló a traición colándose por debajo de su falda y duplicando su levedad, ya que casi-casi la elevó del suelo como si fuera un peso pluma. ¡Menudo bandazo le arreó!
Para llegar al centro se ha de cruzar una avenida que atraviesa toooooda la ciudad de Norte a Sur, pudiendo decirse que es la arteria que la divide. Circunstancia esta que permite a cierto ser que se desplace a través de ella a sus anchas, largas, altas... y diagonales.
Esperaba la muchacha a que un semáforo le diera paso cuando... ¡maldición, rayos y centellas!: el dios del viento la pilló a traición colándose por debajo de su falda y duplicando su levedad, ya que casi-casi la elevó del suelo como si fuera un peso pluma. ¡Menudo bandazo le arreó!
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La traición se desarrolló en dos tiempos. En el primero, el “vestido bosque” que nuestra protagonista llevaba...
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dejó de ser tal para trocarse en algo así...
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En el segundo... la campanita textil prácticamente se volteó completa hacia arriba dejando los leveinteriores corporales de nuestra protagonista a la intemperie. ¡Bufffff!... si por poco se lo arranca de cuajo, como quien se quita un calcetín. Mientras tanto el semáforo de peatones había cambiado a verde y sendos ejércitos de vehículos enfrentados presenciaban como Leve ofrecía el espectáculo. Otra vez: ¡¡¡MALDICION RAYOS Y CENTELLAS!!! Amos queeeee... ¡hasta ahí podíamos llegar! Ya no te ajunto, ale... Eolo.
Y colorín colorado... al traidor de turno, allende ese lugar al que nadie desea ser remitido... Leve le ha mandado.
Por favor... si alguien tiene la tentación de cambiarme el nombre que no sea por “badajo”. ¿Qué tal el de ella?...
A ver... no vaya a pensar el respetable que deseo vivir con faldas y a lo loco. Tampoco tintarme de rubio platino. La propongo porque lo acontecido ha sido mismamente igual. Ejem, más o menos igual. Ejem, ejem, más... más que menos.
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Ay Leve! pues esas son las pequeñas jugarretas que nos juega la naturaleza de cuando en cuando, la cosa es tomarlo con naturalidad para no abochornarse de mas.
ResponderEliminarMuy bonito el Leve-vestido, pero creo que ahora si se pasó de leve, ¿taías abajo alguna leve-prenda de precaución? unos shorts son siempre una buena opción :), si no, seguro que les hiciste el día a algunos conductores y transeuntes, bueno, que nadie diga que no hiciste tu buena obra del día :)
Un saludo y una barazo amiguis!
Gracias Myriam... a mí también me parece que es bien bonito el bosquevestido... ¡y ecológico! ¿Prenda extra debajo?... Uffff, con el calor que hace todavía, como que no. Tan sólo llevaba la leve ropa interior que más o menos toda fémina lleva.
ResponderEliminarCon estas "buenas obras del día" (je-je... ¡cómo eres!) luego quedan anécdotas divertidas, aunque en el instante escuches dentro de ti: ¡tierra trágame!
Saludo amigüis.
jeje, si miras el vestido al revés verás dos de las cosillas esas que te han estado persiguiendo últimamente..
ResponderEliminar¡Ay qué ver lo que dan de sí unas setas!, je.
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